La guerra del metano
Cómo el agronegocio impulsa una métrica para ocultar su impacto climático en Sudamérica
Nueva investigación muestra cómo a través del financiamiento a figuras como Frank Mitloehner, el agronegocio busca cambiar la manera en que se calcula el impacto del metano en Paraguay, Uruguay, Argentina y Brasil. El objetivo: esquivar la responsabilidad de la ganadería ante el cambio climático.
- Reportaje e investigación: Maximiliano Manzoni - 2025 Bertha Challenge Fellow
- Edición: Paula Diaz Levi & Francisco Parra
- Ilustraciones: Enrique Bernardou & Willyam Matsumoto
- Fotografías: Nicolás Granada
Desde niño, cada tercera semana de junio en Paraguay disfruté La Fiesta de San Juan, una celebración que llena las escuelas y calles de juegos que tienen en común el fuego.
Uno de los más emocionantes es el toro candil, donde el cráneo de una vaca con las astas convertidas en fulgurantes llamas es asido con un esqueleto de lonas para perseguir a los asistentes en una estampida.
Esta experiencia me hizo creer casi toda mi vida que lo más peligroso de las vacas debían ser sus cuernos. Años después, aprendí que el riesgo estaba en algo mucho más banal. Era la capacidad de las vacas de contribuir al incendio del mundo. No con astas en llamas, sino con sus eructos.
Documentos exclusivos, fotografías y videos demuestran cómo desde 2022 Frank Mitloehner, un investigador del Centro de Claridad y Liderazgo para la Difusión e Investigación Ambiental (CLEAR Center), financiado por IFEEDER, una organización vinculada a las empresas JBS, Cargill y Tyson Foods, viajó por Paraguay, Uruguay, Argentina y Brasil con el objetivo de impulsar un nuevo modo de medir el metano – el principal gas de efecto invernadero relacionado a la ganadería.
A excepción de Brasil, en los restantes tres países se confirmó que la participación de Mitloehner fue apoyada por la llamada Mesa Global de Carne Sostenible, una organización global que incluye a aportantes como IFEEDER, representantes empresariales de los mayores productores de carne en el mundo como JBS y multinacionales como ADM, McDonald’s y Burger King. La Mesa Global tiene al CLEAR Center como “ente asesor”.
Mediante un “truco contable” esta nueva métrica, llamada GWP*, permitiría a la industria ganadera tener un pase libre. Son varios los científicos que alertan que, de adoptarse este nuevo modo de calcular el metano, países y multinacionales podrán esquivar su innegable responsabilidad ante el cambio climático. En el caso más extremo, la nueva métrica también les permitiría afirmar que están compensando las emisiones de otros sectores, como el de los combustibles fósiles, y recibir beneficios como créditos de carbono por ello.
Todo sin cambiar su insostenible modelo de producción y mientras siguen calentando al planeta, poniendo en riesgo los objetivos del Acuerdo de París.
Es por eso que la métrica GWP* ya fue rechazada por el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), el órgano que guía la ciencia para las políticas sobre el clima.
En Uruguay, contratos accedidos de manera exclusiva muestran que Mitloehner recibió 9.500 dólares de dinero público para asesorar al gobierno de Lacalle Pou en políticas del clima relacionadas al agro y la adopción de esta nueva métrica, incluyendo reuniones con sus ministros de Ambiente y Agricultura en la sede del gobierno. Y en Paraguay, documentos internos exclusivos demuestran que tras su visita, representantes de la Asociación Rural del Paraguay impulsaron con éxito que el país considere el uso de GWP* en su política climática oficial.
Además, Mitloehner confirmó que viajó pagado por la Sociedad Rural de Argentina con el fin de expandir lo que él llama “la verdadera historia del metano” en eventos en ese país. En Brasil hizo lo mismo en un foro impulsado por JBS, la empresa cárnica más grande del mundo. También en Brasil, Myles Allen, uno de los creadores de la métrica, promovió en un evento que representantes del agronegocio presionen a sus gobiernos con el fin de que adopten este nuevo modo de calcular el metano en la próxima COP30 de Bélem.
Argentina, Paraguay, Uruguay y Brasil negociarán de manera conjunta los temas de agricultura en dicha conferencia del clima.
Un análisis realizado para esta investigación demuestra que la adopción de GWP* permitiría a la ganadería de los cuatro países reducir su ambición o incluso aumentar sus emisiones de metano al mismo tiempo de afirmar que están en línea con los compromisos climáticos de sus gobiernos.
La influencia de Mitloehner en Sudamérica se suma a un trabajo similar que él mismo lleva realizando desde hace años con el apoyo de la ganadería en países como Estados Unidos, Irlanda, Australia y Nueva Zelanda. Los gremios ganaderos de estos países y los de Sudamérica se encuentran vinculados a través de la Mesa Global de Carne Sostenible y la International Beef Alliance.
¿Por qué el metano es un problema para la ganadería?
Cada vez que una vaca come algo, lo rumia en su estómago donde microbios fermentan ese alimento. Ese proceso sirve para absorber los nutrientes, pero también producen un gas, el metano. Como todo ser satisfecho con su comida, la vaca eructa. Y el metano se le escapa por la boca.
Casi 300 millones de vacas eructan millones de toneladas de metano entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Para hacer lugar para tantas vacas que terminan en platos europeos, chinos o norteamericanos, hubo que incendiar y deforestar millones de hectáreas de dos ecosistemas claves de Sudamérica: la Amazonía y el Chaco.
Pero mientras la deforestación intenta ser una bestia domada a través de regulaciones cada vez más estrictas desde los gobiernos y los mercados, el metano eructado es el verdadero talón de Aquiles de la industria ganadera sudamericana y mundial. De hecho, la agricultura y ganadería son los mayores productores del metano que causa el cambio climático en el mundo.
El metano calienta mucho pero vive menos. Dura unos 12 años en la atmósfera, donde atrapa el calor en el planeta unas 80 veces más que el dióxido de carbono.
No lo vemos ni lo olemos, pero colabora en modificar los patrones de lluvias y temperaturas a mediano y largo plazo. Es el mismo cambio climático que está volviendo peores y más probables inundaciones como la de Rio Grande do Sul en Brasil en 2024, o extendidas olas de calor como las que se vivieron en Argentina y Paraguay en 2023.
Según el IPCC, incluso reduciendo toda la quema de combustibles fósiles, si no cambiamos el modo en que producimos y consumimos alimentos cruzaremos el umbral del aumento de temperatura dispuesto bajo el Acuerdo de París.
Es por ello que el IPCC concluye que las reducciones rápidas del metano son indispensables no solo para cumplir con los compromisos del acuerdo, sino para evitar romper los límites del planeta y la pérdida de hasta el 15% de cultivos de pequeños agricultores.
Las soluciones propuestas para el problema del metano varían. Hay alimentos especiales para mejorar la digestión de las vacas, proyectos para optimizar la productividad por hectárea y llamados para que – sobre todo los países desarrollados – diversifiquen su dieta y consuman menos carne.
A lo cual la industria ganadera se opone.
Allí es donde entra un hombre llamado Frank Mitloehner. Recurrente en foros, reuniones con ministros, medios especializados y declaraciones en parlamentos. En conjunto con la organización que preside, el CLEAR Center de la Universidad de Davis en California, propone que ante el dilema del metano, lo que debemos hacer es simple: cambiar cómo se calcula.
Para eso promueve una nueva métrica llamada Global Warming Potential Star (GWP*), que, según él, refleja mejor la relación del metano de la ganadería con el cambio climático.
Detrás de lo que puede parecer una oscura disputa técnica se esconde una gran campaña de influencia política, financiada con casi 3 millones de dólares del agronegocio internacional de la carne a través de organizaciones que conforman multinacionales como Cargill, Tyson Foods y JBS.

Cómo una disputa detrás de la matemática pone en riesgo el cumplimiento del Acuerdo de París
El 2 de junio de 2022, en un salón de eventos del Sheraton Hotel en Asunción, capital de Paraguay, Mitloehner se subió al estrado con un público de poco menos de 200 personas. Entre los participantes estaban dirigentes de las principales asociaciones ganaderas del país y representantes del gobierno.
Durante casi la totalidad de los 45 minutos de lo que fue presentado como “una charla magistral” sobre la ganadería “como parte de la solución al cambio climático”, Mitloehner se enfocó en la necesidad de “recuperar la narrativa del metano”.
Según él, el metano es “el talón de Aquiles de la ganadería hoy” porque “toda la gente que no les quiere mucho a ustedes, la gente que no le gusta la ganadería, siempre se enfocan en el tópico porque lo ven como la mayor vulnerabilidad”.
Presentación completa de Frank Mitloehner - Paraguay 2022
Mitloehner explicó que bajo el actual modo que utilizan todos los países para calcular el impacto que producen, el metano es considerado “dióxido de carbono en esteroides”.
“Esto no captura la verdadera naturaleza del metano”, aseguró.
Para ello, presentó a los asistentes un nuevo modo de calcular el impacto de la ganadería: la métrica GWP*.
El actual modo de calcular el metano tiene limitaciones. No considera de manera exacta el hecho de que el metano calienta mucho pero vive poco. Entonces, se sobreestima su impacto en el planeta a largo plazo. También subestima el impacto a corto plazo – algo que casualmente Mitloehner no dijo ni en su presentación ni al ser consultado al respecto para este reportaje.
El llamado Potencial Global de Calentamiento* (GWP star por sus siglas en inglés) vino en teoría a resolver el problema. Esta métrica no fue creada por Mitloehner, que no es un científico del clima, sino por un equipo liderado por la Dra. Michelle Cain y el profesor Myles Allen de la Universidad de Oxford.
Este nuevo método para calcular el efecto del metano en el cambio climático estima su contribución al calentamiento global basado en cómo las emisiones van cambiando de acuerdo a un año base.
Según sus creadores, el nuevo método refleja mejor la vida corta del metano en la atmósfera.
Pero son varios los científicos y científicas que alertan sobre el peligro de la adopción de GWP*, su potencial de greenwashing, los incentivos para favorecer a la ganadería e, incluso, el posible descarrilamiento de los objetivos de limitar el aumento de temperatura dispuesto por el Acuerdo de París.
Esto sucede porque, en vez de mirar la cantidad total de metano que se envía a la atmósfera, la métrica se enfoca en ver que no sea “calentamiento adicional”, lo que permitiría a gobiernos y empresas seguir emitiendo de manera estable grandes cantidades de metano, en vez de reducirlas.
Un truco contable que, como explica el informe Seeing Stars de la organización Changing Markets, considera que las emisiones del pasado no son relevantes porque “constantemente se están reciclando”.
Es la versión refinada de otra vieja narrativa utilizada por los agronegocios al ser cuestionados por su impacto en el cambio climático. Una que relata un mundo perfecto donde el metano eructado por las vacas es reciclado por las pasturas a través de la fotosíntesis.
Lo que esta narrativa ignora es que mientras dura en la atmósfera, el metano está calentando el planeta y dañando la calidad del aire. Y que incluso cuando se disipa en el cielo, el calentamiento que provoca dura más tiempo, ya que el calor penetra en el océano, que puede tardar décadas o siglos en calentarse o enfriarse, contribuyendo al aumento del nivel del mar y poniendo en riesgo al planeta de inundaciones, huracanes más frecuentes y profundos daños a la biodiversidad.
También asume que en el periodo de tiempo de este ciclo no habrá ni alteraciones en la cantidad de ganado, ni heladas o incendios que afecten a las pasturas y el suelo.

“El metano no se recicla perfectamente”, afirma Nicholas Carter, investigador en sistemas alimentarios y desinformación y uno de los autores de Seeing Stars. “Lo que sucede es que la complejidad del tema es funcional a la industria ganadera, porque gran parte de la comunicación científica sobre el clima se ha enfocado en el dióxido de carbono y no cómo funciona el metano”, puntualiza.
En palabras del IPCC, el GWP* “no captura la contribución al calentamiento que cada emisión de metano realiza”. Es por ello que el órgano internacional rechazó su adopción como métrica en su último reporte científico.
Bajo esta nueva métrica, un país como Nueva Zelanda puede seguir teniendo millones de vacas eructando miles de toneladas de metano. Mientras que esa cantidad de vacas sea estable, el GWP* considerará que no es “calentamiento adicional” ya que bajo el cálculo, es metano que será destruido al mismo ritmo que es emitido.
Una de las científicas creadoras de la métrica, la Dra. Cain, escribió que bajo su nuevo modo de calcular metano en Nueva Zelanda todos los demás sectores tendrían “un pase libre (…), cortesía de los agricultores”.
Un pase libre que el gobierno de Nueva Zelanda está considerando. En 2025, científicos climáticos advirtieron en una carta al Primer Ministro de Nueva Zelanda, Christopher Luxon, que la adopción de objetivos alineados al GWP* “ignoran la evidencia científica” del impacto del metano.
En una presentación en mayo de 2025 en Australia, Mitloehner consideró la intención del gobierno de Nueva Zelanda como “una movida inteligente”. Algo que volvió a defender al ser consultado para esta investigación.
Al ser preguntado sobre sus preocupaciones alrededor de la métrica, Matthew Hayek, profesor asistente en el Departamento de Estudios Ambientales de la Universidad de Nueva York y uno de los signatarios de la carta al gobierno neozelandés, indicó que “diferente lenguaje y métricas están siendo usadas por un número de países para retrasar el progreso en reducir el metano”.
Para Hayek, “esto incluye a países considerando adoptar GWP*, que de manera incorrecta puede hacer parecer que un país está enfriando la atmósfera incluso cuando las emisiones globales de metano siguen creciendo y calentando el planeta”.
Para el experto, uno de los riesgos es que “algunos de esos países están buscando usar este supuesto enfriamiento para compensar sus contribuciones (al cambio climático) en otros sectores. Pero reducir apenas las emisiones de metano de un país no puede “compensar” las emisiones de combustibles fósiles, esto es imposible”.
Una analogía ilustrativa es la que dio al Financial Times Paul Behrens, profesor de cambios ambientales de la Universidad de Oxford: “Es como decir que si yo estoy tirando 100 barriles de polución a este río, está matando la vida. Y luego tiro solo 90 barriles, entonces deberían premiarme por ello”.
Esta idea fue defendida por el propio Mitloehner en una entrevista en 2023, donde argumentó que “la industria (ganadera) podría compensar todas las contribuciones al calentamiento global de nuestro sector, algunas de las emisiones históricas y parte del dióxido de carbono de la industria de los combustibles fósiles”. También por autores de la métrica en un informe de 2019.
Consultado sobre la posición del IPCC vía correo electrónico, Mitloehner admitió que “tenían un punto” y que “incluso si logramos mantener estables las emisiones de metano, algo conocido como neutralidad climática, estas emisiones seguirán impulsando el calentamiento histórico”.
Sin embargo, afirmó que “la neutralidad climática en la agricultura sería un logro, ya que sería el resultado de una reducción significativa de emisiones de metano”. La respuesta completa de Mitloehner puede consultarse aquí.
El agronegocio lleva años impulsando una narrativa para escapar de sus acusaciones ante el cambio climático

Cuentan una historia de un mundo perfecto donde el metano que producen sus vacas se recicla de manera perfecta con el pasto que comen

Esta coartada tiene nombre: GWP*
Pero su historia está llena de objeciones. Ignora que el metano calienta cada vez más el planeta y pone en riesgo los objetivos internacionales del clima.

Pese a esto, millones de dólares son utilizados en una campaña de influencia que incluye Sudamérica.
El agronegocio lleva años impulsando una narrativa para escapar de sus acusaciones ante el cambio climático

Cuentan una historia de un mundo perfecto donde el metano que producen sus vacas se recicla de manera perfecta con el pasto que comen

Cuentan una historia de un mundo perfecto donde el metano que producen sus vacas se recicla de manera perfecta con el pasto que comen
Esta coartada tiene nombre: GWP*
Pero su historia está llena de objeciones. Ignora que el metano calienta cada vez más el planeta y pone en riesgo los objetivos internacionales del clima.
Pese a esto, millones de dólares son utilizados en una campaña de influencia que incluye Sudamérica.
Pero los datos muestran que cambiar las métricas de metano beneficiarían a la ganadería
Un análisis de Changing Markets para esta investigación demuestra que, aplicando GWP*, el sector ganadero de Argentina, Paraguay y Uruguay podrían seguir aumentando sus emisiones de metano al mismo tiempo de afirmar que están en línea con los compromisos climáticos de sus países.
Bajo las métricas actuales, cumplir el mismo compromiso exige al sector una reducción rápida y decidida de la contribución de la ganadería de estos países al cambio climático.
En el caso de Brasil, al aplicar la métrica GWP* el sector ganadero deberá seguir reduciendo el metano de sus vacas pero a un ritmo mucho menos ambicioso de lo que exige el nuevo compromiso que el país tomó en 2024.
Este análisis brinda luz sobre el porqué del interés del agronegocio de los cuatro países con el trabajo de Mitloehner.
Para Caitlin Smith, especialista senior de Changing Markets, el objetivo es claro: “Promover el uso de GWP* a nivel regional o sectorial es otra táctica del agronegocio para distraernos de sus significantes emisiones de metano y evitar acciones para reducirlas”.
“Es un nuevo truco científico para afirmar que su producción no aumenta el calentamiento global. Y que con pequeñas reducciones pueden afirmar neutralidad de carbono”, dice por su parte Alma Castrejón-Davila, investigadora de la misma organización.




Los vínculos de Mitloehner con el agronegocio en Paraguay, Uruguay, Argentina y Brasil
Frank Mitloehner confirmó que su presencia en Paraguay fue bajo invitación del capítulo local de la Mesa Global de Carne Sostenible, que incluye desde el Ministerio de Agricultura de ese país hasta McDonalds. El viaje del investigador norteamericano fue pagado por ellos.
El objetivo de la Mesa en Paraguay es “promover la sostenibilidad de la cadena de valor de la carne bovina paraguaya”. Pero su presidente en 2022 era Alfred Fast, un representante de las cooperativas ganaderas del Chaco paraguayo y escéptico del impacto de las actividades humanas en el cambio climático.
En el evento también estaban dos representantes de la Comisión Nacional de Cambio Climático de Paraguay, el órgano deliberativo que debe aprobar las políticas del país en la materia. Uno era un viejo amigo de Mitloehner, Albrecht Glatzle.

Ambos se conocen desde hace más de 30 años, cuando el norteamericano era apenas un estudiante visitando el Chaco paraguayo y Glatzle fue su supervisor. Ahora, Glatzle era el encargado de defender en la Comisión de Cambio Climático los intereses de la poderosa Asociación Rural del Paraguay, el principal gremio ganadero del país. Glatzle es un conocido negacionista del cambio climático, algo que Mitloehner, en su defensa, dice no compartir.
Glatzle es colaborador de CLINTEL, una organización negacionista europea fundada por un exempleado de Shell. Otro miembro de CLINTEL, el irlandés Jim O’Brien, fue quién había propuesto al IPCC adoptar GWP* como métrica para calcular el metano de la ganadería.
El otro miembro de la Comisión Nacional de Cambio Climático presente era Norman Breuer (+), un ingeniero agrónomo y consultor de proyectos ganaderos. Breuer ya conocía el trabajo de Mitloehner y compartía su impulso por cambiar cómo se calculaba el metano de la ganadería.
En septiembre de 2022, luego del evento con Mitloehner y con el apoyo de la Asociación Rural de Paraguay, Breuer logró que se incluyan menciones a GWP* en la actualización de su política climática que el país presentó a Naciones Unidas en 2023. Es lo que demuestran documentos internos exclusivos de reuniones de la Comisión Nacional de Cambio Climático de Paraguay.
La recomendación de Breuer no era inocua.
Fue después de que técnicos del Ministerio del Ambiente informaran a representantes de la Comisión que, tras recalcular las emisiones de Paraguay, la agricultura y la ganadería emitían casi el doble de los gases de efecto invernadero que antes se reportaban. En gran medida, debido al metano proveniente de los eructos de las vacas.


En diciembre del mismo año, durante las negociaciones climáticas en Dubái, el gobierno de Paraguay hizo una abierta defensa a la industria ganadera al protestar oficialmente contra la inclusión de objetivos de reducción de metano en el acuerdo final de la COP28.
Consultada para este reportaje, la Dirección Nacional de Cambio Climático afirmó que «se encuentra al tanto» de los cuestionamientos a la métrica, pero que reafirmó que Paraguay «tiene la posibilidad de utilizar otros sistemas de medición» para reportar de manera «adicional» sus emisiones. La respuesta completa se encuentra aquí.
Mitloehner no solo influenció la política climática paraguaya. También lo hizo en Uruguay.
Contratos accedidos mediante pedidos de información pública muestran que entre 2021 y 2022, Mitloehner recibió 9.500 dólares del Estado uruguayo a través del Instituto Nacional de Carnes (INAC), el órgano público que tiene como objetivo la promoción de la ganadería del país.
Los pagos incluyeron visitas a varios puntos de Uruguay, incluyendo el evento anual de la Sociedad Rural, el gremio ganadero más poderoso del país. También incluyó una reunión en la Torre Ejecutiva – sede del gobierno uruguayo – con los ministros de Ambiente y Agricultura del gobierno de Luis Lacalle Pou: Adrián Peña y Fernando Mattos. Allí utilizó la misma presentación que en Paraguay.

Línea de tiempo de la influencia de Frank Mitloehner en Sudamérica
2019 - Frank Mitloehner funda el CLEAR Center en Estados Unidos
El CLEAR Center se crea con cerca de 3 millones de dólares de financiamiento de IFEEDER, la fundación vinculada a empresas del agronegocio como Cargill, Tyson Foods y JBS. Uno de los objetivos: una campaña para “repensar el metano”.
Septiembre 2021 - Primera visita de Mitloehner a Uruguay
Donde recibe 1500 dólares de dinero público para dar charlas con autoridades y gremios del agro. En las charlas propone la adopción de GWP*.
Marzo 2022 - National Cattlemen’s Beef Association admite lobby al Congreso de Estados Unidos para adoptar GWP*
Tras la COP26, la NCBA buscaba impulsar la nueva métrica del metano de la ganadería. La asociación es parte de la International Beef Alliance y la Mesa Global de Carne Sostenible.
Mayo 2022 - Segunda visita de Mitloehner a Uruguay, pagada con dinero público
Allí se reúne con el entonces ministro del Ambiente, Adrián Peña y entonces ministro de Agricultura, Fernando Mattos. Mitloehner recibe 8000 dólares del Estado uruguayo por el pago de costos de viaje y asesorar al gobierno en su política climática sobre la ganadería. Allí recomienda al país adoptar oficialmente GWP*
Mayo 2022 - Mitloehner diserta en un evento organizado sobre metano en la agricultura organizado por JBS en Brasil
El investigador afirma que su viaje fue costeado por él mismo. Allí promovió el uso de GWP* en conjunto con EMBRAPA, un ente de investigación agropecuario público-privado.
Junio 2022 - Visita de Mitloehner a Paraguay, pagada por la Mesa Global de Carne Sostenible
Mitloehner da una charla impulsando la adopción de la nueva métrica de metano en Asunción con presencia de autoridades y gremios parte de la International Beef Alliance. Participan representantes del agro en la Comisión Nacional de Cambio Climático.
Septiembre 2022 - Visita de Mitloehner a Argentina
Fue invitado para disertar en evento con autoridades sobre la adopción de GWP*. El investigador confirmó que fue pagado por la Sociedad Rural, gremio del agro parte de la Mesa Global de Carne Sostenible y la International Beef Alliance.
Septiembre 2022 - Agronegocio impulsa GWP* en política oficial
Representantes del agro en la Comisión Nacional de Cambio Climático presionan exitosamente para que Paraguay considere la adopción de GWP* en su política pública sobre cambio climático.
Noviembre 2024 - Gobierno presenta recálculos de metano
Tras recomendación de Mitloehner, Uruguay presenta recálculo oficial de sus emisiones de metano utilizando GWP* en evento internacional de ganadería, con presencia de representantes de Brasil, Argentina y Paraguay.
Mayo 2025 - Campaña digital del agro pro GWP*
EMBRAPA lanza una campaña en redes sociales en Brasil en favor de adoptar GWP*, con el fin de“desmitificar” el impacto del sector ganadero.
Mitloehner recibió, además, dinero público en devolución por los costos de viaje y por elaborar un informe guía para la política climática exterior de Uruguay en el marco de las negociaciones de la COP27 en Egipto.
Aunque el informe completo entregado al Estado uruguayo fue calificado como parcialmente confidencial, el INAC sí compartió un resumen de las principales recomendaciones de Mitloehner: “Realizar cálculos de emisiones de la ganadería utilizando GWP*”.
El gobierno uruguayo fue consultado sobre el alcance de la aplicación de las recomendaciones del informe de Mitloehner desde entonces, sin respuesta hasta el momento. Sin embargo, en 2024 el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria, otro ente público conformado por el Ministerio de Agricultura con participación del sector ganadero realizó una presentación promoviendo el uso de GWP* para recalcular el impacto de la ganadería uruguaya en un evento de un congreso internacional organizado por el INAC en Punta del Este, Uruguay. En el evento donde el ente uruguayo impulsó el uso de GWP* fue además disertante el ministro de Industrias Primarias de Nueva Zelanda, Petter Ettema.
Del congreso participaron también el entonces ministro de agricultura de Uruguay, Fernando Mattos, el de Paraguay, Carlos Giménez, y el ministro de agricultura de Brasil, Carlos Fávaro y el secretario de agricultura de Argentina, Sergio Araeta.
Contratos, pagos e informes de Frank Mitloehner con el gobierno de Uruguay
Aparte de influenciar las políticas climáticas de Uruguay y Paraguay en favor del sector ganadero, en 2022, Mitloehner habló en eventos auspiciados por el agronegocio en Brasil y Argentina.
En septiembre de 2022 visitó Argentina, donde en una reunión con representantes de la industria ganadera les arengó a “no tener miedo ante las acusaciones que reciben por supuesta contaminación del ambiente con metano”.
La Sociedad Rural de aquel país invitó al norteamericano a dar una presentación en un evento del cual también participaron la ahora ministra de seguridad de Javier Milei, Patricia Bullrich, y el jefe de gobierno en la ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri. Consultado al respecto, Mitloehner confirmó que su viaje a Argentina fue financiado por el gremio ganadero.
Pero su presencia de mayor alcance se dio en el Foro del Metano en la Agricultura en Sao Paulo, Brasil, en 2022. Allí tanto él como Eduardo Assad, un exinvestigador de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (EMBRAPA), un ente dependiente del gobierno brasileño, conversaron sobre la necesidad de adoptar GWP*.
En 2023 investigadores de EMBRAPA de Brasil firmaron, junto con investigadores del Ministerio de Ganadería de Uruguay y del Instituto de Carnes de Argentina, Frank Mitloehner y Michelle MCain, una de las creadoras de la métrica, un informe de FAO presentado en Italia que analizó al GWP* como una de las posibles métricas para medir el metano. En 2024, el ente también estuvo presente en el evento donde el gobierno uruguayo presentó sus recálculos utilizando la métrica.
En abril de 2025, el Centro de Inteligencia de Carne Bovina de EMBRAPA lanzó una campaña en redes sociales en favor de adoptar GWP*, con el fin de“desmitificar” el impacto del sector ganadero.
En 2024, durante un foro organizado por el gobierno estadual de Sao Paulo en Brasil, Myles Allen, el científico de Oxford creador de la métrica, pidió a los asistentes que “convenzan a sus gobiernos” para lograr que el GWP* sea adoptado en las negociaciones climáticas de la COP30 en Belén como el nuevo modo de medir el metano.
No existen evidencias hasta el momento de que, a diferencia de Paraguay y Uruguay, los gobiernos de Argentina o Brasil estén considerando adoptar el uso de GWP*,
Pese a ello, los signos de adopción de GWP* en Uruguay y Paraguay genera un riesgo de un efecto dominó en el grupo de negociaciones de agricultura de los cuales Argentina y Brasil formarán parte en la COP30 de Belem en noviembre de 2025.
El interés por el impulso a GWP* no solo es de gobiernos. Mitloehner fue disertante en un evento organizado nada menos que por la mayor empresa cárnica del mundo: JBS. Consultado al respecto, Mitloehner negó que su presencia en Brasil haya sido pagada por JBS, argumentando que su viaje fue “por motivos personales”.
Según un informe de 2024 de la organización europea FoodRise, GWP* “sería un pase libre o activamente beneficiaría a una multinacional ganadera como JBS, que se estima contamina al mismo nivel que España”.
Por el contrario, señala el informe, la adopción de la métrica “castigaría gravemente a los pequeños productores ganaderos del Sur Global”.
Esto es admitido por un estudio firmado por el propio Mitloehner, que demuestra que usando los nuevos cálculos de metano la ganadería brasileña quedaría en un lugar de mayor responsabilidad histórica ante el cambio climático del que por sí tiene hoy.
JBS fue consultada sobre sus lazos con Mitloehner y su posición ante la adopción de la métrica GWP*, sin respuesta hasta el momento.
Aunque Mitloehner negó que JBS lo haya financiado directamente, su subsidiaria norteamericana, Pilgrim’s, es parte de la American Feed Industry Association (AFIA), que de acuerdo a documentos proveyó a Mitloehner y su centro de investigación de millones de dólares en su campaña para “repensar el metano”. JBS también es parte de la Mesa Global de Carne Sostenible, que financió el viaje de Mitloehner a Paraguay.

Los millones de dólares del agronegocio internacional detrás de Mitloehner
En 2019, un grupo de científicos intentó responder una pregunta crítica: ¿Cómo alimentamos a 10 mil millones de personas de manera sana, respetando los límites del planeta?
La respuesta fue el informe EAT-Lancet. Su conclusión: es posible. Pero debíamos transformar nuestros hábitos alimenticios. Más vegetales y granos, menos azúcar y, sobre todo en países como Estados Unidos, comer menos carne.
El informe, que buscaba guiar las políticas alimentarias de la próxima década, encontró en cambio “un contramovimiento digital” a favor de la ganadería.
No fue una oposición espontánea, sino un esfuerzo coordinado que incluyó a Mitloehner, a través de su recién creado CLEAR Center dentro de la Universidad de California en Davis, Estados Unidos.
Una investigación de Unearthed reveló reportes de CLEAR Center a su donante del agronegocio, acreditando a Mitloehner por iniciar “una campaña masiva” que “fue exitosa en convencer a audiencias de alejarse del reporte EAT-Lancet”.
El donante al cual CLEAR Center reportó este éxito fue IFEEDER, la organización “educativa” de American Feed Industry Association (AFIA), que representa a 650 compañías relacionadas directa o indirectamente con la industria ganadera. Entre esas compañías están los principales productores del agronegocio internacional, como Cargill, Tyson Foods y Pilgrim’s, cuyo dueño es el gigante brasileño JBS.
Otros donantes del agronegocio internacional a IFEEDER incluyen Alltech, ADM y Bayer.
Lista de donantes a IFEEDER - 2024
Según un memorándum obtenido por Unearthed, el CLEAR Center fue creado tras un acuerdo entre Mitloehner, la UC Davis y IFEEDER en reuniones de 2018.
Para el agronegocio, financiar a Mitloehner a través del CLEAR Center se alineaba con el objetivo de “compartir el mensaje del rol de la agricultura animal como un proveedor de soluciones en los esfuerzos para lidiar con los problemas del cambio climático”.
Según un memorándum de la American Feed Industry Association, los contenidos producidos por el CLEAR Center eran útiles para influir “en las discusiones sobre las políticas públicas que suceden a nivel internacional y nacional, modificando el futuro de la industria”.
Sobre todo, el apoyo era porque “Mitloehner provee una voz neutral, creíble y por fuera de la industria para periodistas y grupos interesados en conferencias y otras actividades importantes del gobierno”.
Según Unearthed, el CLEAR Center recibió también financiamiento de Burger King tras una campaña de presión similar sobre publicidad de la cadena de comida rápida,
De acuerdo a cálculos con documentos disponibles, Mitloehner y el CLEAR Center recibieron entre 2018 y 2023 casi 3 millones de dólares en financiamiento directo de la industria ganadera internacional.
En toda su carrera, incluyendo fondos públicos relacionados a la agricultura, Desmog calculó que Mitloehner recibió más de 12 millones de dólares. Este monto no incluye el dinero público que recibió de Uruguay.
A cambio del generoso financiamiento, representantes del agronegocio como Cargill, AFIA y el Instituto Norteamericano de la Carne (NAMI) se convirtieron en parte del “comité de recomendaciones” de CLEAR. Gran parte del dinero de IFEEDER a Mitloehner y el CLEAR Center se dio en el marco de un proyecto específico: una campaña para “repensar el metano”.
Fuente: Unearthed
Respaldado por el dinero de la industria ganadera, la campaña para “repensar el metano” pronto se convirtió en la bandera para influir en gobiernos de todo el mundo. La National Cattlemen’s Beef Association (NCBA), que representa a más de 175 mil productores ganaderos de Estados Unidos admitió tras la COP26 sus esfuerzos de presión en el Congreso para la adopción de GWP*. La NCBA tiene en su consejo ejecutivo a McDonald ‘s, Cargill, Tyson Foods y JBS.
A su vez, es parte de la Mesa Global de Carne Sostenible y de la International Beef Alliance, que aglomera a los principales grupos de presión de la ganadería, incluyendo los de Irlanda, Australia y Nueva Zelanda, Paraguay, Uruguay, Argentina y Brasil. Mitloehner fue invitado a hablar en favor de GWP* en cada uno de esos países con el apoyo de gremios del agronegocio vinculados a ambas organizaciones.
«Para lograr la acción climática efectiva es fundamental que el metano reciba la atención que se merece. Dado que una de sus principales fuentes es el sector ganadero, cualquier cambio en la forma de medir sus emisiones debe ser cuidadosamente evaluado», dice Camila Mercure, especialista de políticas públicas sobre cambio climático de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN – Argentina).
Para el profesor Hayek de la Universidad de New York, “múltiples artículos científicos ya han concluido que de que GWP* no es un salvoconducto o para justificar lo injustificable. Algunos de los países que lo están considerando ya están entre los mayores emisores de metano en el mundo”.
Los cambios impulsados a las métricas de metano no son el único modo con el cual el agronegocio busca liberarse de su responsabilidad ante el cambio climático.
En las próximas entregas de esta serie veremos cómo el sector busca posicionarse con cuestionables propuestas.