Luisa Uribe es cuidadosa con los artefactos eléctricos que hay en su casa. Si utiliza un electrodoméstico en exceso, sabe que su uso se va a ver reflejado en la cuenta de luz que paga sagradamente a fin de mes.
A la hora de distribuir sus ingresos, Luisa, quien es también dirigente del Comité de Allegados y presidenta de la Junta de Vecinos de Lomas Coloradas, un barrio de la comuna de San Pedro de la Paz en la región del Biobío, no lo piensa dos veces: si “desperdicia la luz”, la plata destinada en alimentos se va en pagar “una energía que no supo aprovechar”.
–Ahora con el covid lo primero que se prioriza son las cuentas de la luz y el agua. Cuando llega un alza, altera todo el presupuesto– dice.
Durante los últimos siete meses el acceso a los servicios básicos, como la electricidad, agua potable, saneamiento y calefacción, han sido vitales para sobrellevar la pandemia por el nuevo coronavirus, enfermedad infecciosa que ha dejado 18.558 fallecidos en Chile y 579 en Biobío, según señala el informe del Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) del Ministerio de Salud (Minsal).
La celebración de un culto evangélico a principios de marzo en San Pedro de la Paz, provocó un aumento explosivo de contagios, por lo que se decretó el primer cordón sanitario a nivel nacional -que recibió muchas críticas por su implementación y contó con problemas de fiscalización-, y desde entonces, el municipio tuvo que destinar una inversión extra que superó los 1500 millones de pesos para reforzar los equipos de salud, aumentar la atención domiciliaria, entre otros gastos. A la fecha, la comuna posee más de 2 mil casos confirmados.
Acciones cotidianas como cocinar, bañarse, mantener calefaccionados los ambientes o el teletrabajo, han dejado de manifiesto las brechas existentes en torno al acceso a la energía, problema que afecta cerca de 90 mil personas en el territorio. El que un hogar no sea capaz de satisfacer sus necesidades energéticas básicas y fundamentales, o acceder a servicios energéticos de calidad, es lo que investigadores y académicos en Chile definen como “pobreza energética” (PE), una realidad presente que ha comenzado a visibilizarse en el país hace un par de años.
La presidenta de la Junta de Vecinos cuenta que la mayoría de las familias se comunican con ella y asegura que las personas le manifiestan “que se sienten abandonadas” ya que “no reciben asistencia como al inicio de la pandemia”.
Lomas Coloradas se ubica al sur del río Biobío, a 14 km desde el puente que lo cruza hasta la Ruta 160. Ninguna casa es igual a otra y los colores abundan en las calles de cemento. Las ventanas muestran la única vista panorámica, los bosques de pino y eucalipto recubren los cerros sobreponiéndose uno tras otro.
-Hoy no hago fuego hasta la tarde –cuenta Luisa– está rico el día, fresquito.
Cuando el atardecer muestra sus primeros signos de oscuridad, los residentes del barrio suelen revisar sus reservas de leña para “hacer fuego” y así calefaccionar sus hogares, pero solo cuando las temperaturas descienden demasiado. Para los Sampedrinos, mantener en orden las cuentas y sus ambientes calefaccionados, ha sido lo más importante en una comuna de 131.808 habitantes que posee una pobreza multidimensional -entendida como la carencia en ámbitos de salud, la educación, seguridad social y vivienda-, que bordea el 17,9%, según sondeos de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN) del año 2015. En el último trimestre, el desempleo llegó al 10,2% en Biobío y la municipalidad informa que más de 28 mil familias recibieron cajas de alimentos en pandemia.
La leña es el combustible para calefacción más utilizado porque es el “más barato”. Bien lo sabe Luisa que nació en las faldas del cerro, en los años sesenta, cuando el territorio era conocido como el “Fundo Lomas Coloradas” y las familias trabajaban para Forestal Mininco, empresa chilena dedicada a la producción de madera ligada al Grupo Matte, única fuente de trabajo de la época:
–Mis padres llegaron a trabajar a la Forestal Mininco en 1954. La mayoría de la gente de Lomas son
ex trabajadores, mis hermanos, toda la familia. Mi esposo que falleció en un accidente laboral en 1989 también trabajó para una forestal, (…) pero de otra empresa.
Entre abril y septiembre, se registraron al menos 26 episodios críticos de contaminación atmosférica en la conurbación urbana de Gran Concepción, compuesta por San Pedro de la Paz, Concepción, Coronel, Chiguayante, Hualpén, Hualqui, Lota, Penco, Talcahuano y Tomé. De ellos, ocho han sido de preemergencia en donde la concentración de material particulado aéreo (MP2.5) que puede penetrar en el sistema respiratorio, producir irritaciones e inducir enfermedades, ha superado los 110 microgramos por metro cúbico normal y de acuerdo a información del Ministerio de Medio Ambiente, la concentración tiene como principal fuente de emisión las industrias y la combustión de la leña utilizada para la calefacción domiciliaria.
El primer balance de la calidad del aire, como parte del Plan de Prevención y Descontaminación (PPDA), demostró que si bien el confinamiento hizo “aumentar el porcentaje de episodios de alerta y preemergencia” y las emisiones se concentraron en el sector residencial con un 59%, la diferencia no es tan notoria en comparación con el año pasado.
–Uno de los grandes problemas que tenemos en este país, en las fuentes energéticas, es la calefacción. En la mayor parte de las ciudades de la zona centro-sur del país se utiliza leña como la fuente energética disponible y debido a eso tenemos las ciudades más contaminadas de Latinoamérica-, explica Anahí Urquiza, antropóloga y coordinadora de la Red de Pobreza Energética (Red PE), una plataforma transdisciplinaria que tiene como propósito generar conocimiento que permita abordar los desafíos de este tipo de problemas.
–No existe un levantamiento adecuado de cuáles son los requerimientos energéticos. Entonces lo que hacemos es analizar todos los instrumentos existentes y partir de ello, tener una mirada sobre qué es lo que implica la pobreza energética en nuestro país, explica.
Para hablar de pobreza energética, hay que tener en cuenta tres niveles que son el acceso, equidad y calidad. Según Anahí, uno de los principales problemas “es la calidad de la energía”, relacionada a las fuentes de energía, equipamiento y las condiciones habitacionales de las casas.
De hecho, un 66,2% de los hogares en Chile presentan problemas de eficiencia energética (EE), es decir, que no pueden optimizar la relación entre la cantidad de energía consumida y los servicios finales obtenidos.
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A nivel nacional, Biobío es una las cuatro regiones en las que se concentra el déficit de acceso al suministro eléctrico, que impacta a más de 29 mil hogares en Chile, junto a Coquimbo, Araucanía y Los Lagos. En la región hay 2.901 viviendas sin energía. Esta realidad en San Pedro de la Paz la experimentan menos de 50 hogares.
El plan de Estrategia Energética Local (EEL), un diagnóstico que se realizó en el marco del programa Comuna Energética del Ministerio de Energía, reveló que si bien no hay un acceso problemático a la energía eléctrica, el consumo energético y térmico anual de una vivienda es alrededor de 9.898 kWh, equivalente a un gasto de 630 mil pesos; un 13,5% de los hogares declara no tener un sistema de calefacción; un 21,94% de las casas se encuentra en condiciones de hacinamiento medio y casi un 5,06% se encuentra con saneamiento deficitario, lo que se traduce en que un porcentaje de las viviendas no puede acceder de manera aceptable a suministro de agua potable y eliminación de excretas.
–En un terreno de 500 metros cuadrados hay cuatro casas metidas en un sitio. La gente levanta su casita como puede porque viven de allegadas. Ni siquiera cuentan con los espacios mínimos para poder compartir en familia. En tiempos de pandemia ¡cuánta gente lo está pasando mal pagando arriendo! – dice Luisa, quien vivió en carne propia el hacinamiento y no fue hasta iniciado el nuevo milenio, luego de “dar la pelea” por la urbanización del sector, que pudo construir su vivienda en un terreno que compró con el dinero que recibió tras la muerte de su esposo y que obtuvo gracias a la asesoría legal de un abogado de la Vicaría de Concepción.
La Fundación Energía para Todos, que es parte de Red PE, se encargó de levantar la información junto al municipio para interpretar la oferta y demanda energética en la comuna e impulsar la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y el material particulado en el sector.
–Lo primero que se hace es interpretar la oferta y demanda energética -cuenta Javier Piedra, director y fundador de la organización-, ahí puedes calcular la cantidad de leña, los potenciales de energía renovable y eficiencia energética relacionada a la aislación térmica de las viviendas. La energía térmica se consume mucho más que la energía eléctrica.
Hace cuatro años Energía para Todos ha llevado a cabo el diseño, elaboración y ejecución de proyectos y servicios en el marco de mitigación de cambio climático y de la superación de la pobreza energética en base a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en comunas de la zona centro-sur.
La fundación considera clave la participación ciudadana (PAC), para la construcción de la planificación estratégica del desarrollo energético y como ONG intentan “jugar al medio”, uniendo las aristas de los problemas, las soluciones y el financiamiento para llevar a cabo proyectos a través de municipalidades y organizaciones sociales, debido a su cercanía con las personas. Pero, Javier admite que existe una “brecha informativa” con respecto a estos temas:
-Hay una brecha conceptual con respecto a estos temas –explica– y es importante resolverla a través de más participación, que tiene que ver con campañas de educación e información. Si bien se ha hecho un esfuerzo de parte del Estado, en particular del Ministerio de Energía, falta mayor empoderamiento y eso tiene que decantar en políticas públicas que tomen en consideración a la ciudadanía.
Desde la Municipalidad de San Pedro de la Paz indicaron que el levantamiento de datos “permitió complementar y actualizar la información para el desarrollo de la EEL. Las principales medidas se pueden visualizar en los criterios implementados, dentro de la Secretaría Comunal de Planificación, en las iniciativas que se postulan a diversas fuentes de financiamiento, (…) para fomentar el uso de energías limpias dentro de la comuna”. Por ejemplo, en febrero de este año fue la primera comuna que se capacitó en eficiencia energética.
En la actualidad, el equipo de Energía para Todos se encuentra desarrollando el programa “Energía a la Salud Primaria”, junto a la colaboración de cuatro municipios, entre ellos San Pedro de la Paz, para que los Centros de Salud Familiar (CESFAM) puedan generar su propia energía a través de energías renovables (Net Metering).
El recinto de Lomas Coloradas -que se inauguró en marzo del año 2019 luego de “un ultimátum”, con amenaza de toma incluida de dirigentes y vecinos que lo venían solicitando hace 10 años- fue seleccionado para la elaboración de un proyecto que contempla la instalación de paneles fotovoltaicos, para así obtener un ahorro de energía de al menos 35% anual.
El proyecto fue diseñado y se encuentra en la etapa de “buscar financiamiento” para poder concretarlo. Javier reconoce que necesitan los auspicios, ya que quieren presentarlo al Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) junto con el municipio para que lo financie el gobierno regional.
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El hacinamiento y la falta de planificación urbana en Chile son factores que inciden en la aparición de la pobreza energética. No es el mismo “tipo” de pobreza energética que se experimenta al norte como al sur. En el país, es difícil caracterizar esta realidad por la particularidad de climas que implican necesidades distintas en cada zona, en esta faja de tierra larga y angosta que es vulnerable al cambio climático.
A nivel de política pública, el abordaje a este problema multidimensional es incipiente y la mayoría de las iniciativas, como la Ruta de la luz, se encuentran concentradas en las labores del Ministerio de Energía. El concepto es incluido como tal por primera vez en el año 2015, durante la elaboración de la Política Energética 2050, para asegurar el acceso a servicios energéticos, pero según un informe de Red PE, “la política pública no ha integrado explícitamente el concepto en sus diseños e indicadores de gestión”.
Dicho reporte evidenció que las iniciativas intersectoriales existentes se encuentran orientadas a satisfacer las necesidades básicas de agua caliente sanitaria a “través de subsidios para instalación de Sistemas Solares Térmicos” y a resolver problemas asociados a la contaminación atmosférica por medio de los Planes de Descontaminación. Además, la mayoría de ellas tiende a focalizarse en el acceso, dejando de lado aspectos relacionados con calidad y equidad.
Javier Piedra señala que el Estado chileno sufre un problema que se llama “insularidad”, en otras palabras, cada ministerio es una isla porque no se interconecta entre sí. “Los problemas complejos no tienen soluciones simples. La pobreza energética tiene que abordarse de manera intersectorial”, asegura.
-No saco nada con individualizar el problema y resolverlo con subsidio de persona a persona. Tenemos que pensar al mismo tiempo como las soluciones que damos son adecuadas para las proyecciones climáticas que vienen. Frente al proceso constituyente, hay que generar modelos de gobernanzas complejos para poder enfrentar de forma más coordinada los desafíos, dice Anahí Urquiza.
Este artículo es parte del proyecto Energía y Transición Justa, de FES Chile y Climate Tracker. Fue publicado originalmente en Ladera Sur el 11 de noviembre de 2020