Más de una semana ha transcurrido desde el inicio de la decimosexta Conferencia de las Partes sobre el Convenio de Diversidad Biológica (COP16) en Cali, Colombia.
Esta edición fue denominada como la “COP de la implementación” por un objetivo en particular: establecer un mecanismo para reportar y medir los avances de las Estrategias, Planes o Programas Nacionales para la Conservación y la Utilización Sostenible de la Biodiversidad o NBSAP por sus siglas en inglés. Hasta el momento, las negociaciones no han tenido un gran avance y el desarrollo del mecanismo ha quedado en segundo plano.
Según el artículo 6 del Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB), los países signatarios deben presentar un NBSAP o un equivalente para la implementación del Convenio. Este instrumento internacional permite medir los avances y objetivos de cada país en materia de biodiversidad y conservación.
En diciembre de 2022, en Canadá, fue aprobado el Marco Global Kunming-Montreal sobre Diversidad Biológica (MGB), el cual fue el reemplazo de las 20 Metas Aichi que, según la Secretaría del CDB, solo seis de estas se cumplieron, y de manera parcial.
El reto en la COP16 era grande: presentar NBSAP actualizados y alineados al Marco Global. Sin embargo, a través de la Herramienta de informes en línea para NBSAPS e informes nacionales del CDB, fue posible conocer que, hasta el momento, solo 36 países presentaron sus planes y estrategias.
La situación de Ecuador es similar a la mayoría de las Partes: no presentó su NBSAP actualizado. Dentro de los países de América Latina y el Caribe solo cuatro naciones llegaron a la COP con sus planes y estrategias ajustados: Colombia, Cuba, Suriname y México.
A pesar del cumplimiento del compromiso, los instrumentos no serían suficientes para cumplir las 23 metas del Marco Global. Sandra Valenzuela, directora ejecutiva de WWF Colombia, indicó en una conferencia de prensa que “los pocos países de América Latina que actualizaron sus planes de biodiversidad no están subiendo el nivel de ambición”.
Para mostrar avances, se les permitió a las Partes entregar sus objetivos nacionales que estuviesen alineados con las 23 metas del Marco Global. Por ahora, 115 países han presentado 2.645 objetivos nacionales. En el caso particular de Ecuador, se presentaron dos objetivos que están en consonancia con el MGB: la meta 3 sobre la conservación del 30% de las tierras, aguas continentales y marítimas; y la meta 8 que tiene que ver con minimizar el impacto del cambio climático en la biodiversidad y aumentar su resiliencia.
Un borrador
Después de varios meses de incertidumbre e información poco clara, el 23 de octubre en plena COP16, el país realizó un conversatorio para comunicar los “avances, retos y oportunidades en la actualización e implementación de la Estrategia Nacional de Biodiversidad en Ecuador”. En dicho evento fue posible conocer que el país sudamericano no presentaría su NBSAP.
Dentro del espacio estuvieron presentes funcionarios del Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE), y representantes de organizaciones que están participando en la actualización de la Estrategia Nacional de Biodiversidad (ENB) como Conservación Internacional, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ).
“Ecuador tiene una Estrategia Nacional de Biodiversidad 2015 – 2030. Es decir, nosotros tenemos una estrategia vigente”, explicó Segundo Onofa, técnico del MAATE en el conversatorio. El documento presentado en 2016 cuenta con cuatro objetivos estratégicos y 51 metas de gestión al 2021 que están alineadas a las Metas Aichi.
El proceso para la actualización de la ENB continúa en marcha. Glenda Ortega, subsecretaria de Patrimonio Natural del MAATE explicó en el evento la complejidad que representa el NBSAP. “Es un proceso largo. Para la construcción de la estrategia vigente que es 2015 – 2030 fueron 2 años previos para construirla y después de eso una año más para oficializarlo”.
Por ahora, los actores involucrados en la actualización de la Estrategia tienen planeado presentar un borrador en 2025. “Regresando de la COP se va a trabajar en estos meses en una planificación y empezar, si todo sale bien, a inicios de año”, mencionó Ortega.
Hasta antes de la COP16, la fase en la que se encontraba la actualización de la ENB era la de revisión. En el evento se indicó que, para lograr avanzar con el proceso, se realizaron 8 talleres a nivel nacional que involucraron a diferentes sectores de la sociedad como afroecuatorianos e indígenas amazónicos.
Sobre este tema, el 20 de septiembre de 2024, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), la Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador (ECUARUNARI), la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (CONFENIAE) y la Confederación de Nacionalidades y Pueblos Indígenas de la Costa Ecuatoriana (CONAICE) enviaron una carta al MAATE y al PNUD, mostrando su disconformidad con el proceso.
En el documento se menciona que, “las organizaciones aquí firmantes no hemos sido invitadas a ser parte de la toma de decisiones en cuanto a la actualización del ENBA, lo cual constituye una vulneración de derechos y una falta de respeto a nuestras comunidades base y sus propias estructuras organizativas”.
Leonidas Iza, presidente de la CONAIE y que estuvo presente en la COP16, manifestó su disconformidad por la no inclusión de las organizaciones. “En este proceso de actualización de la Estrategia Nacional de Biodiversidad, los pueblos indígenas no lo conocíamos. ¿Quiénes viven en esos territorios? Los pueblos indígenas”, señaló Iza.
El escrito enviado en septiembre indica, además, que en muchos casos, a los pueblos indígenas se les ha impuesto la “creación de áreas protegidas sin el debido proceso de consulta a las comunidades”. Del mismo modo, el documento finaliza con la solicitud para participar en las etapas de elaboración, implementación y seguimiento de la ENB. También, las organizaciones solicitaron el borrador de la Estrategia para “aportar con nuestras propuestas” y que se incluya un capítulo sobre pueblos indígenas.
Ante el hecho, la subsecretaria de Patrimonio Natural del MAATE aclaró que lo que se ha realizado es un proceso de revisión, más no de construcción de la ENB. “Hay una estrategia vigente, pero aún no se está realizando el proceso de actualización”, contó Ortega. Asimismo, la subsecretaria explicó que, después de la COP16, la intención será dialogar con estas organizaciones para trabajar en la Estrategia Nacional de Biodiversidad.
La inestabilidad vs Ecuador
En el conversatorio para presentar el proceso y los avances de la ENB, Esteban Falconí, coordinador del Proyecto Acelerando el Progreso hacia la Meta 30×30 de WWF, comentó que el trabajo en conjunto ha sido positivo; sin embargo, todavía existen temas por resolver.
“Siendo sinceros, creo que no ha sido un proceso perfecto. Esto tiene que ver con el contexto. Por ejemplo, un tema que es muy importante tiene que ver con la participación informada. Una cosa que nosotros hemos visto en los talleres es que gran parte de la sociedad civil no está familiarizada con conceptos como el Marco Mundial de Biodiversidad o la Estrategia Nacional de Biodiversidad”, explicó Falconí.
La no presentación del NBSAP responde a diferentes circunstancias que vive Ecuador. Desde una visión macroeconómica, el país mantiene un enfoque extractivista. “Yo creo que el problema en realidad es que en el Ecuador le seguimos viendo al petróleo, a la minería y a los recursos no renovables como la salida corta. Cualquier cosa que requiera procesos largos no entra en los planes”, manifestó Falconí en una entrevista para Climate Tracker.
Desde la década de 1940, Ecuador ha perforado más de 5000 pozos petroleros en el Oriente hasta 2023. El año pasado, la cifra osciló en alrededor de 50 pozos. Según la Reforma presupuestaria para 2024, se calcula que el país recibirá USD 14.340 millones en ingresos brutos del sector petrolero.
Para Osver Polo Carrasco, coordinador de Ambición y NDC en CAN Latinoamérica, los NBSAP en la región no avanzan por falta de financiamiento y por contratos pendientes en el sector de los recursos no reovables. “Uno de los mayores problemas que hemos detectado es la política económica que tiene convenios y contratos con empresas para seguir explotando petróleo, gas y seguir deforestando”, indica Polo Carrasco.
Si bien existen esfuerzos del personal técnico de las instituciones y organizaciones para cumplir con los acuerdos adquiridos, el contexto político de las naciones tiene un papel fundamental en las actualizaciones de los NBSAP.
En el caso de Ecuador, la inestabilidad gubernamental ha generado trabas en los avances de políticas públicas relacionadas con el medioambiente. “Nosotros no solo somos megadiversos, también somos muy diversos social y políticamente. Eso frena muchas veces estrategias como esta de biodiversidad que no ha sido tomada como debería”, menciona Ortega.
En los últimos cuatro años, este país del sur del continente americano ha elegido dos presidentes y, en el 2025, se posesionará un nuevo mandatario.
Los temas de interés de la actualidad ecuatoriana son claros: seguridad y crisis energética. Este último punto, a pesar de que tiene un relación directa con el cambio climático y sus efectos sobre los ecosistemas australes, no es abordado desde la adaptación para este fenómeno, como sugiere el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés).
La importancia que le da un gobierno a temas relacionados con medioambiente, se ve reflejado en los presupuestos que se destinan al sector. Falconí menciona que ese ha sido uno de los problemas para actualizar la ENB, “las capacidades operacionales, administrativas, profesionales y logísticas son muy mermadas”.
Al respecto, en 2018, con la intención de optimizar el gasto público, el Ministerio del Ambiente y la Secretaría del Agua (SENAGUA) se fusionaron. Dos años después, en septiembre de 2020, 398 trabajadores fueron despedidos del nuevo Ministerio de Ambiente y Agua (MAAE).
Un reportaje entre la alianza de los medios digitales GK y Mongabay dio a conocer que, de los 398 funcionarios desvinculados, 30 trabajaban en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP). De esta cantidad, 23 eran guardaparques.
El informe técnico del ministerio señala que 201 trabajadores fueron desvinculados por reducción presupuestaria. Entre las razones que justifican estas acciones se encuentran la duplicidad de funciones, no cumplir con el perfil, la sobrevaloración, entre otros.
Para Falconí, esta acción afectó a la capacidad de operación y respuesta del ministerio: “En resumen, ha existido un proceso sistemático de minimización de las capacidades del Ministerio del Ambiente”.
Este es un problema a lo largo de la región y Polo Carrasco coincide con aquello: financiamiento y personal. “Gran parte de los países no han podido organizar bien sus procesos y no han tenido la capacidad de fondos para organizar esos procesos nacionales de consulta. También hay un problema técnico de falta de capacidades”, puntualiza el coordinador de Ambición y NDC en CAN Latinoamérica.
El no tener un NBSAP actualizado a tiempo condiciona el cumplimiento de las 23 metas planteadas por el Marco Global. Esto, porque se espera tener resultados para 2030.
Un punto clave de negociación para América Latina en esta COP16 es lograr mayor financiamiento para lograr implementar los NBSAP. A pesar de aquello, Polo Carrasco señala que “se complica pedir fondos si no hay un verdadero plan o estrategia medible, con monitoreo, para saber si las metas se están cumpliendo”.
Hasta el momento, el último país en presentar su NBSAP fue Alemania el pasado domingo. Mientras tanto, Ecuador espera iniciar el proceso de actualización de su Estrategia Nacional de Biodiversidad, a pesar de encontrarse a las puertas de un nuevo proceso electoral.