¿Qué obligaciones legales tienen los Estados para combatir el cambio climático? ¿Deben los países con altas emisiones ser responsables por el daño que han causado? ¿Y deberían los Estados salvaguardar el clima para las generaciones futuras?
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) está considerando preguntas similares en audiencias públicas antes de emitir su opinión consultiva sobre las obligaciones de los Estados en relación con el cambio climático. Durante estas dos semanas, el tribunal escuchará declaraciones de 98 países.
La CIJ es el principal órgano judicial de las Naciones Unidas y se ocupa de los Estados. No debe confundirse con la Corte Penal Internacional (CPI), que somete a juicio a individuos. Ambas cortes están ubicadas en La Haya, Países Bajos.
A diferencia de los fallos judiciales, las opiniones consultivas no son vinculantes bajo el derecho internacional. Sin embargo, pueden ser instrumentos de diplomacia preventiva y paz.
A menudo, la gente asocia a las cortes con un enfoque exclusivamente reactivo ante disputas y reparaciones de daños. Para la CIJ, esto ha significado, por ejemplo, una orden en 2018 para que Nicaragua compensara a Costa Rica después de que dañara selvas tropicales y humedales en una incursión ilegal.
Pero las cortes también pueden desempeñar un papel crítico en la prevención de violaciones masivas de derechos humanos e injusticias antes que estas ocurran. Para la CIJ, esto podría implicar dictaminar que los Estados tienen obligaciones de actuar con debida diligencia antes de aprobar una nueva mina o represa. Para garantizar plenamente nuestros derechos humanos, la CIJ debe adoptar este tipo de enfoque preventivo ante el cambio climático.
La CIJ enfrenta una elección crucial. Puede abordar el cambio climático de manera restrictiva y reactiva, o podría examinar las obligaciones estatales desde una perspectiva más amplia.
Esa perspectiva más amplia podría determinar que los Estados están obligados a asumir la custodia completa del medio ambiente para las generaciones presentes y futuras. Esto iría más allá de los tratados internacionales sobre cambio climático.
El problema actualmente es que ciertas acciones (y omisiones) estatales pueden considerarse suficientes bajo el acuerdo de París de la ONU, pero eso no significa que esos Estados estén cumpliendo con sus obligaciones para abordar el cambio climático bajo el derecho internacional de los derechos humanos. El cambio climático y la degradación de los ecosistemas pueden, por supuesto, violar una amplia gama de derechos humanos. Si la CIJ aclarara legalmente que los Estados tienen obligaciones climáticas que van más allá del acuerdo de París, eso representaría un paso significativo en el derecho internacional.
Hay algunos precedentes. Por ejemplo, el tribunal internacional del derecho del mar (ITLOS), a través de una reciente opinión consultiva, ya ha reconocido que las emisiones de gases de efecto invernadero son una forma de contaminación marina. Los Estados, dice, tienen obligaciones legales específicas para abordar dicha contaminación bajo la convención de la ONU sobre el derecho del mar.
La CIJ también se podría basar en las ideas pioneras de uno jueces anteriores de la CIJ, Christopher Weeramantry de Sri Lanka. Él argumentó que la humanidad no está en una posición de dominio, sino que está en custodia del medio ambiente y que esto tiene peso como norma consuetudinaria internacional.
Escuchar a la ciencia y al conocimiento tradicional
Aunque algunos tribunales en todo el mundo han utilizado hallazgos del IPCC (un panel intergubernamental de ciencia y política conformado por expertos en cambio climático) en sus fallos relacionados con el clima, estos hallazgos aún no juegan un papel importante en la CIJ. Sin embargo, el IPCC fue mencionado explícitamente en la resolución de la asamblea general de la ONU que solicita la opinión consultiva, y el tribunal ahora tiene la oportunidad de elevar estas ideas críticas.
También debería considerar la menos conocida hermana del IPCC, la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES). A diferencia del panel sobre el clima, la plataforma de biodiversidad entrelaza conocimientos científicos, prácticos y respaldados por conocimientos tradicionales.
Paz con la naturaleza
Otra manera en la que la CIJ puede fomentar la prevención es enfocándose no solo en los síntomas del cambio climático y la degradación de los ecosistemas, como los huracanes y las migraciones forzadas, sino también en sus causas fundamentales. Esto incluye cuestiones como la desigualdad. Después de todo, pequeños Estados insulares como Seychelles enfrentan impactos desproporcionados del cambio climático, a pesar de haber hecho muy poco para causarlo. En la asamblea general de la ONU, el representante de Seychelles argumentó que la opinión consultiva de la CIJ puede ayudar a resaltar la obligación de los Estados de garantizar que las personas en todos los países tengan derecho a un ambiente saludable.
Este enfoque preventivo puede ayudar a fomentar la paz con la naturaleza, el tema de la conferencia de biodiversidad de la ONU en 2024, y por lo tanto la paz entre las personas. Esto establecería un poderoso ejemplo para otros tribunales, como los tribunales de derechos humanos de Europa, África y las Américas. Podría inspirarlos a especificar obligaciones internacionales y regionales de manera que promuevan la justicia ambiental y la paz.
Acción colectiva para las futuras generaciones
El tribunal también debería tomar en serio las preocupaciones de las generaciones futuras. Hay un movimiento social vibrante que busca avanzar una acción colectiva ambiciosa y basada en derechos para abordar las causas fundamentales de los desafíos planetarios. Liderado por los Estudiantes de las Islas del Pacífico Luchando contra el Cambio Climático, esta campaña ha unido a organizaciones de la sociedad civil de jóvenes y niños, grupos de conservación de la naturaleza y derechos humanos, y otros grupos que forman la Alianza para una Opinión Consultiva sobre Justicia Climática. El gobierno de Vanuatu agregó su apoyo a este llamado a través de su liderazgo y colaboración dentro de los Estados miembros de la ONU.
La aprobación de la resolución de la asamblea general de la ONU solicitando la opinión consultiva de la CIJ es en sí misma un logro que muestra que la CIJ no es únicamente del dominio de abogados internacionales seniors. En cambio, puede convertirse en un espacio intergeneracional donde los movimientos sociales innovadores también pueden contribuir a transformar el derecho internacional.
Si la CIJ adopta un enfoque preventivo y sistémico, sería un punto de inflexión para la justicia y la paz global entre generaciones y entre especies. Ahora el mundo espera ver si el tribunal aprovechará esta oportunidad crítica.
* Traducción del inglés al español por Alejandra Acosta Jiménez.