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Empleos verdes y petróleo: retos y oportunidades 

En Colombia existe un gran potencial de generación de empleos verdes ligado a la producción de energía. Sin embargo, existen preocupaciones y retos por abordar en el sector de hidrocarburos, una de las industrias que más le genera ingresos al país

Durante los últimos diez años, empresas del sector de hidrocarburos en Colombia han invertido en energías renovables y en tecnologías para la eficiencia energética. En medio de esta tarea se han forjado nuevos compromisos con comunidades de sus zonas de impacto a través de proyectos sociales y medioambientales. 

Aunque existe un potencial para la creación de empleos verdes en este sector, los programas de reentrenamiento y reconversión laboral para ayudar a los trabajadores a adquirir habilidades relevantes para la economía verde no son suficientes.

Un estudio del Departamento de Planeación Nacional estima que podría haber una pérdida de 117 mil empleos relacionados con la industria de los hidrocarburos y que la economía colombiana podría tener una reducción de 3,5% si la transición energética no se realiza de manera gradual, una situación alarmante si se tiene en cuenta que el 56.1% de los ingresos por exportaciones en el país son por petróleo.

Último reporte de regalías por exportación de hidrocarburos de la Agencia Nacional de Hidrocarburos.

Sin embargo, el potencial de generación de empleos verdes en Colombia podría equilibrar la balanza en términos de acceso al trabajo durante los próximos años.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT), estima que la transición del sector de hidrocarburos, produce entre 10 y 12 millones de empleos en el mundo. Esto quiere decir que, a escala global, 12 millones de personas podrían experimentar dificultades con su acceso al empleo si estas industrias desaparecieran. En América Latina, la cifra es de alrededor de 7,5 millones de personas.

“En Colombia lo que tenemos mapeado es que hay algo así como 130.000 empleos en el sector carbón y de hecho muy centralizados en unas regiones en particular que es La Guajira y Cesar, y alrededor de unos 80.000 empleos en sector hidrocarburos, centralizados en la zona de ‘piedemonte’, en departamentos como Arauca, Casanare, Meta y Putumayo”, indica Oscar Cardona, coordinador de programa Transición Justa y Empleos Verdes para Colombia de la OIT.

El experto resalta que, a diferencia de lo localizados que están los empleos del sector hidrocarburos en Colombia, los empleos verdes se pueden generar en todo el país, lo que se convierte en una ventaja.

“En América Latina se habla de una posibilidad de generar unos 22 millones de empleos, un número muy superior a los empleos que se perderían y que no están exactamente en las mismas regiones, entonces el panorama de empleos verdes es optimista”, agrega Cardona.

Por su parte, el Fondo de Energías no Convencionales y Gestión Eficiente de la Energía (FENOGE), proyecta una creación de más de 30.000 empleos verdes en los próximos años, reflejando un crecimiento muy significativo en los sectores de energías renovables, manufactura sostenible y construcción ecológica.

Para esta organización del gobierno es claro que la transición energética no solo se trata de promover otras fuentes de energía, sino que se traduce en fuente de generación de empleo, camino a una industrialización verde.

“Antes en las empresas de hidrocarburos no se hablaba de gestión eficiente de la energía, pero hoy hay muchas entidades que tienen equipos destinados a cambiar prácticas operativas que les permitan reducir el consumo”, explica Ángela Patricia Álvarez, directora de FENOGE, quien también tiene una amplia trayectoria en el sector de hidrocarburos.

Diferencia entre empleos verdes y empleos ambientales

Según las últimas cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), Colombia cuenta con 258.257 empleos ambientales de los que solo el 44,5% son empleos verdes, es decir, que tienen características de trabajo decentes, salarios justos, libertad de asociatividad, no discriminación y un sistema de protección que acompaña a las personas.

Los empleos ambientales se centran en la protección y conservación del medio ambiente, mientras que los empleos verdes promueven la sostenibilidad y el desarrollo económico, reduciendo al mismo tiempo el impacto ambiental.

En ese sentido, los 114.939 empleos verdes que hay en el país están relacionados con la protección del aire y el clima, la gestión de residuos y aguas residuales, la gestión ambiental, recuperación de suelos, gestión de recursos minerales y energéticos, entre otras actividades.

Cuenta ambiental y económica de las actividades ambientales y transacciones asociadas del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).

La importancia del sector de hidrocarburos en la transición energética

La transición energética es clave para evitar los impactos en la economía y en el acceso al trabajo de las personas, sin embargo, es el sector hidrocarburos el que mayor beneficio económico genera en el país.

“Venimos hablando de eficiencia energética en la industria de los hidrocarburos desde hace más de 10 años, es decir, cómo logro hacer lo mismo con menos energía, cómo tener plantas, bombas y procesos más eficientes para disminuir los consumos, creo que es una de las industrias que más rápidamente se ha transformado a tener fuentes de energía limpias”, afirma Oscar Ferney Rincón, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Ingenieros de Petróleos (ACIPET)

“El sector hidrocarburos efectivamente es el sector más poderoso en exportación en Colombia, entonces obviamente disminuir la cantidad de generación de crudo va a afectar el dólar, los temas tributarios por dejar de recibir regalías y el ICA (..) en ese sentido tenemos que buscar la manera de que esto no suceda de forma intempestiva”, agrega Cardona.

“En promedio, cada año estamos generando entre siete y ocho billones de pesos en regalías. Por ejemplo, solo Ecopetrol en dividendos, impuestos y regalías anunció que transfirió 50 billones de pesos a la Nación, entonces el impacto fiscal de esta industria es enorme”, agrega Rincón.

De hecho, el impacto en la industria es tan notorio que en Colombia hay municipios que dependen de ella casi en su totalidad, lo que señala la importancia de diversificar en el marco de la transición energética. Por ejemplo, el 70% del PIB de Puerto Gaitán, Meta, es petróleo. “En ese municipio, por ejemplo, va a ser muy dolorosa la transición. Tienen que generar una diversificación productiva sobre qué va a hacer Puerto Gaitán que no sea petróleo”, admite el experto de la OIT.

“Esto no es un discurso del gobierno colombiano actual, en el mundo estamos hablando de esto hace más de 20 años. En el Acuerdo de París, Colombia adquirió unos compromisos que tiene que cumplir. Es un tema global, no la ocurrencia de una persona o un gobierno”, enfatiza Cardona. 

A pesar de la dependencia económica de Colombia a este sector, es un hecho que el consumo de estos energéticos va a disminuir con el tiempo. “Siendo así el paso no es una postura política, es una postura estratégica de economía de las regiones que dependen altamente del hidrocarburo hacia economías diversificadas”, agrega el experto en empleos verdes de la OIT.

Para Giovanni Pabón, director de Energía de la ONG Transforma, es clave incentivar la diversificación económica, entre otras razones, por cuestiones de demanda.

“Nosotros exportamos petróleo a los países que más los consumen y estos son los que más rápido están haciendo la transición. Europa, China, Estados Unidos, son economías que por su nivel de desarrollo han llegado a implementar procesos de electrificación de su matriz energética, comenzando por los vehículos, lo cual va a significar muy pronto una reducción sustancial en la demanda mundial de petróleo”, indica Pabón.

Parque Solar San Fernando en el municipio de Castilla La Nueva, en el departamento del Meta. Tiene capacidad de 61 megavatios para abastecer parte de la demanda de energía de las operaciones de Ecopetrol y Cenit en los Llanos Orientales. Cortesía Ecopetrol.

Migración laboral y brechas de capital humano

En el marco de una migración de inversiones hacia energías renovables y otras economías verdes, como se prevé que ocurra en una transición energética, es importante tener estrategias de cierre de brechas de capital humano.

“No es lo mismo una persona trabajando en minería que trabajando en otra unidad productiva. Por ejemplo, una persona que trabaje en transporte o que preste un servicio de catering tiene una brecha pequeña de migración de capital humano, pero hay otras que son muy grandes. Por ejemplo, en este momento no tenemos suficientes ingenieros forestales en Colombia para atender la demanda que se está dando”, explica Cardona.

Así mismo, Cardona afirma que en muchos sectores la migración laboral es un proceso normal, y que no hay que satanizar, pero es importante que se generen oportunidades para las personas locales, situación en la que las instituciones educativas tienen un papel fundamental.

Entre tanto, para el director de Energía de Transforma, entre más tarde se reconozca que hay una necesidad de hacer una diversificación, más difícil va a ser la movilidad de los empleos.

“Hay trabajadores que hoy se encuentran en una situación flotante que se pueden capacitar, no hay que esperar a una crisis en la que los números de desempleo aumenten mucho más y se vuelva un problema social mucho más grande”, agrega Pabón.

Para este experto, hoy hay una coincidencia entre la ubicación de los recursos naturales y la generación de proyectos de energía renovable en el país, lo que implica que no habría necesidad de hacer movilidad geográfica, ni de sector, pues se sigue tratando del energético, pero si es necesario brindar formación distinta para aprovechar esta ventaja y que las industrias generen empleos.

Oportunidades de empleos verdes en el sector de hidrocarburos

Construcción del Parque Solar San Fernando. Cortesía Ecopetrol.

Hoy Colombia le está apostando sobre todo a tres motores de la industrialización verde: las energías renovables no convencionales, la bioeconomía y la economía circular, sectores en los que la industria de hidrocarburos viene realizando una serie de acciones, siendo Ecopetrol un ejemplo de ello.

El sector de hidrocarburos, al crecer en la transformación de su propia matriz energética en los últimos años, ha venido incorporando algunos empleos verdes relacionados con la economía circular, eficiencia energética, e ingenieros y técnicos ambientales, entre otros, aunque, según Rincón, generalmente esto no ocurre de manera directa, pues la mayoría de las veces estas acciones se realizan a través de terceros, como ocurre con las granjas solares.

Sin embargo, para la directora de FENOGE, hay otras industrias más prometedoras como la geotermia, una fuente de energía renovable poco estudiada en Colombia, pero que podría generar 1.170 megavatios (MW) de energía, es decir, para cubrir cerca del 30% de la demanda del país, asegura la funcionaria. Cabe aclarar que actualmente solo existen proyectos de energía geotérmica en fase exploratoria en Colombia. 

“Los equipos de perforación que antes extraían hidrocarburos pueden hacer perforación para buscar geotermia”, agrega Álvarez.

El petróleo, un recurso finito

“Es mejor sumar los ingresos que genere la transición energética a lo que tenemos hoy en vez de pensar en que vamos a reemplazar. Somos complementarios. Obviamente a futuro la demanda de hidrocarburos va a disminuir y de eso somos conscientes todos”, dice Rincón.

Para el director de Acipet es claro que en los próximos años la oferta va a caer y la demanda va a bajar, pero afirma que la industria debe mantener una oferta lo suficientemente amplia para que se cubra la demanda que puede seguir habiendo, entre otras razones, para que se generen recursos que permitan desarrollar no solamente los planes de transición energética que requiere el país sino los planes sociales que requiera el gobierno. “Esa es una responsabilidad que como industria tenemos, es el rol que queremos jugar”, agrega.

Para Cardona, se trata de un tema de negocio en el que hay unas inversiones de las que se quiere sacar la mayor rentabilidad posible. “Y eso está bien, pero lo que hay que ver es como esas regalías y esos ingresos son aprovechados para generar empleos verdes”.

Sin embargo, existen otras voces provenientes de la academia y movimientos internacionales que abogan por poner fin definitivo a la producción y uso de combustibles fósiles, como lo expresa, por ejemplo, un informe de Amnistía Internacional, publicado previo a las conversaciones de la COP28, en el marco del respeto por los derechos humanos.

“Los combustibles fósiles son finitos y tratar de extraer hasta la última gota de petróleo, el último metro cúbico de gas natural o la última tonelada de carbón prolonga o agrava los enormes daños que ya han causado. Hay alternativas disponibles y la producción de energías renovables está creciendo rápidamente, pero se necesita una inversión mucho mayor. Se debe establecer una vía rápida y equitativa para un futuro sostenible sin combustibles fósiles”, indica este informe.

En esta línea, para Giovanni Pabón, de Tranforma, aunque es claro que para la economía colombiana es muy importante el papel financiero de los combustibles fósiles que se exportan, se debe avanzar hacia una diversificación de la matriz energética. 

“Dependemos de decisiones externas que por temas geopolíticos no sabemos cuándo van a ocurrir y los afectados directamente van a ser las familias colombianas que hoy dependen del carbón o el petróleo para su subsistencia”, explica.

Retos a los que hay que anticiparse

El más reciente Informe de Taladros y Producción elaborado por la Cámara Colombiana de Bienes y Servicios de Petróleo, Gas y Energía (Campetrol), indica que hay una tendencia a la baja en la actividad de taladros (maquinaria usada para perforación y mantenimiento de pozos petroleros) en Colombia. El país tuvo su mayor pico de 155 taladros activos en 2022, y en abril de 2024 se registró un total de 110 taladros. Esto tuvo como consecuencia la pérdida de 23.725 empleos: 3.650 directos y 20.075 indirectos. 

La cantidad de taladros activos es un indicador (aunque no el único) de la producción de petróleo en Colombia, ya que a ellos están asociados cuadrillas de trabajo que operan 24/7 y generan varios encadenamientos productivos.

Además, durante el primer semestre de 2024, Campetrol realizó la Encuesta de Percepción de las Empresas de Bienes y Servicios del sector, que califica el panorama actual de la industria como crítico, pues más del 70% de las compañías afiliadas considera que el sector se encuentra en peores condiciones que en el año 2022. 

Las principales problemáticas que enfrentan actualmente estas empresas son la conflictividad social, el costo de materias primas y la falta de demanda por bienes y servicios, así como un decaimiento de la inversión extranjera en Colombia. Aunque estos problemas no están relacionados con la transición energética, el panorama da cuenta de la importancia de llevar a cabo planes para mitigar el impacto de la pérdida de estos empleos.

En ese sentido, el experto de la OIT advierte que es importante cambiar de paradigma: “Hay que ser conscientes de que ningún empleo dura para siempre, sobre todo en esta era de las nuevas tecnologías en el que las necesidades son cambiantes. En ese sentido siempre es bueno estar a la vanguardia y buscar otros tipos de ingresos”, dice Cardona.

Entre tanto, también se pueden visualizar problemáticas sociales que ya son evidenciadas en el marco de la desaceleración de la industria del carbón. Por ejemplo, hay casos de enfermedad laboral que hacen que las personas no puedan conseguir un empleo de nuevo o quedan en el limbo porque las Administradoras de Riesgos Laborales (ARL) no responden a tiempo en estos casos, las pensiones se dilatan y las personas quedan en riesgo. Por eso es importante crear mecanismos de protección al cesante o herramientas de protección social para las personas que pierden su empleo y el sustento de sus familias.

Además, los empleos en la industria de hidrocarburos ofrecen salarios tres o cuatro veces más altos que aquellos en el sector de energías renovables, lo cual se debe a la mayor rentabilidad de la primera. 

Otro tema por contemplar son los pasivos ambientales, cuyo manejo también puede mantenerse en el limbo por mucho tiempo, como viene ocurriendo en el tema de minas de carbón y que también podría pasar en el sector de los hidrocarburos.

“La capacitación es un deber en que Colombia está atrasado. Hay un gran potencial, pero el lenguaje que se ha utilizado es excluyente. Cuando se habla de transición energética no sé por qué en el país automáticamente se piensa que es acabar con los hidrocarburos, eso genera una barrera de entrada con todos los actores y las personas que trabajan en este sector, entonces, se crean barreras para identificar oportunidades por desconocimiento”, enfatiza Álvarez, directora de FENOGE.

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