Honduras ha enfrentado una de las peores crisis en el tema de seguridad alimentaria asociada a la ausencia de lluvias. La producción agrícola ha descendido notablemente por la sequía, afectando desproporcionadamente a las y los agricultores de subsistencia en Honduras, quienes han experimentado pérdidas significativas en cosechas como el maíz y frijol.
Lo anterior se refleja en el abandono de la actividad agrícola tradicional, ya que para muchos estos cultivos dejaron de ser rentables.
En los últimos años, los habitantes de San Sebastián, La Villa de San Antonio y Lamaní, municipios ubicados en el departamento de Comayagua en la zona centro sur del país, experimentan pérdidas económicas y no económicas, siendo la migración y el incremento de la pobreza, además del deterioro de las fuentes de agua, algunos de los efectos visibles del impacto del cambio climático en el Corredor Seco de Honduras.
Durante varias semanas, a través de visitas de campo y entrevistas con productores de estos municipios, pudimos conocer su preocupación y sentimiento de abandono que experimentan por no contar en Honduras con políticas publicas que les permita a ser resilientes, tener alternativas en los sistemas de riego y un mercado seguro para la compra de sus cosechas.