En Brasil, Chile y Colombia, el uso cotidiano de gas natural en las cocinas residenciales está generando consecuencias inesperadas para la salud pública y el medio ambiente. Un estudio reciente liderado por el consorcio Global Methane Hubs, junto con importantes universidades y organizaciones ambientales, ha revelado una preocupante magnitud de emisiones de metano (CH₄) y dióxido de carbono (CO₂) que podrían estar poniendo en riesgo tanto la salud de millones de personas como el equilibrio climático global.
La investigación no solo ha arrojado datos alarmantes sobre la calidad del aire en los hogares, sino que también ha puesto en evidencia las deficiencias en las políticas de regulación y control de emisiones.
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Brasil: la magnitud de las emisiones en São Paulo
En Brasil, específicamente en São Paulo, las mediciones realizadas han revelado una discrepancia alarmante entre los valores oficiales de las emisiones de metano y las cifras obtenidas directamente en los hogares. De acuerdo con el estudio, las emisiones de metano en las cocinas residenciales superan en 49 veces los valores reportados en los inventarios nacionales. En términos concretos, el factor de emisión promedio de metano obtenido a partir de las mediciones por gas natural fue de 14,58 g/MTJ, mientras que con todos los datos considerados, alcanzó los 48,92 g/TJ. Este número es 49 veces superior al factor nacional y 9,8 veces mayor que el valor estipulado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
Las emisiones no son solo de metano. Las concentraciones de dióxido de nitrógeno (NO₂), un gas relacionado con enfermedades respiratorias, alcanzan frecuentemente niveles cercanos a los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y en algunos casos superan esos límites. Este hallazgo subraya la urgente necesidad de revisar y actualizar las políticas regulatorias que afectan la calidad del aire en los hogares y de establecer normativas más estrictas para proteger la salud de los residentes.
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Chile: riesgo de exposición a compuestos contaminantes
En Chile, la situación no es menos preocupante. Los datos recabados en Santiago y otras regiones del país muestran que las emisiones de metano son hasta 14 veces superiores a las estimaciones actuales. Sin embargo, lo que destaca aún más son los niveles elevados de benceno, un compuesto altamente carcinógeno.
Las concentraciones de este químico exceden los límites internacionales, exponiendo a los residentes de diversas zonas urbanas a riesgos que van desde simples irritaciones respiratorias hasta enfermedades graves como el cáncer. A pesar de estos riesgos evidentes, Chile carece de normativas específicas sobre la calidad del aire interior, lo que deja a las familias vulnerables a la presencia de estos contaminantes tóxicos.
Colombia: la particularidad de Bogotá
En Colombia, el estudio también ha revelado resultados alarmantes. En Bogotá, las mediciones iniciales de las emisiones de metano provenientes del uso de gas natural en las cocinas residenciales son seis veces mayores que las reportadas en los inventarios oficiales. Las condiciones geográficas de la capital, como su altitud, agravan aún más la acumulación de gases peligrosos, creando un escenario aún más riesgoso para la salud pública.
Riesgos sanitarios asociados a las emisiones domiciliarias
Este estudio representa la primera medición directa de las tasas de emisión de contaminantes como NOx, CO y CH₄ en cocinas residenciales que utilizan gas natural en Colombia, lo que permite una visión más precisa de la situación. Los resultados sugieren que las tasas de emisión de metano en el sector residencial podrían estar significativamente subestimadas en los inventarios nacionales. El análisis demuestra que los valores obtenidos son considerablemente más altos que los de referencia utilizados por el IPCC y la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME).
Además, en Bogotá, la combustión de gas natural podría ser menos eficiente debido a la altitud de la ciudad, lo que aumenta la generación de contaminantes como NOx. Este gas se forma especialmente cuando las temperaturas de combustión son bajas, algo que podría ser común en los hogares de la capital, especialmente en espacios mal ventilados. Las emisiones de NOx, que pueden exceder los límites recomendados, se acumulan peligrosamente en el aire interior de las viviendas, afectando directamente la salud de sus habitantes.
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El metano: un gas que acelera el cambio climático y daña la salud
Un aspecto particularmente preocupante del estudio es la presencia constante de metano en las cocinas residenciales, incluso cuando no están en uso. Este gas, con un potencial de calentamiento global 28 veces mayor que el CO₂, se escapa constantemente durante la cocción y en la ausencia de actividad. Aunque su contribución al cambio climático es innegable, sus efectos también son devastadores para la salud humana. Entre los riesgos identificados, se incluyen: deterioro de la calidad del aire interior, lo que contribuye a enfermedades respiratorias crónicas; concentraciones peligrosas de benceno y NO₂, que aumentan el riesgo de desarrollar asma y otras patologías respiratorias; y exposición prolongada al CO₂, lo que afecta negativamente la salud general de los habitantes.
Los efectos en la salud de vivir con emisiones de NO₂ en hogares con ventilación limitada son comparables a convivir con un fumador, según señala Marcelo Mena, reconocido como uno de los 100 líderes climáticos más influyentes del mundo.
El estudio concluye con un llamado a los gobiernos de América Latina para que impulsen la electrificación del sector residencial. Las soluciones incluyen el uso de fuentes de energía renovable para la cocción y el fomento de tecnologías de cocción más limpias y eficientes.
El informe también señala que las emisiones fugitivas de metano y las concentraciones de compuestos peligrosos no solo amplifican el cambio climático, sino que también conllevan un alto costo social y económico.