Tras la Cumbre de Río de Janeiro, Paraguay se convirtió en 1993 en Estado parte de la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
La Convención se creó con un objetivo bien claro: reconocer que tenemos un problema.
Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que aumentaron desde la Revolución Industrial como el dióxido de carbono están generando un calentamiento global – una suba de la temperatura promedio de la Tierra.
Ese calentamiento global produce un cambio en el clima.
Lo que hace el cambio climático es, entre otras cosas, aumentar la extensión y el impacto de fenómenos extremos, como sequías, huracanes e inundaciones, generando cada vez más daños a cultivos, infraestructura y la vida humana. Una crisis climática.
Para evitar el fin del mundo, la Convención sobre Cambio Climático se reúne (casi) cada año en lo que se llama la Conferencia de las Partes (COP).
Este año será la 27a edición (COP27) en Sharm el-Sheikh, Egipto.
Te preocupa la crisis climática. Pero todo esto a veces se comunica en un lenguaje muy técnico y complejo.
Por eso aprovechamos el lanzamiento del álbum Midnights para explicarte con canciones de Taylor Swift qué se juegan países como Paraguay en la COP27.
Para lograr que todos los países se comprometan a acciones contra la crisis climática, en 2015 se firmó el Acuerdo de París.
El acuerdo consiste en lograr que la subida de la temperatura global quede por debajo de los 2 grados –en comparación a niveles preindustriales– , y si es posible, limitarla a 1,5 grados para el final de este siglo.
Spoiler: no lo estamos logrando. El último análisis de los planes que presenta cada país para reducir sus emisiones (NDCs por sus siglas en inglés) indica que nos llevarían a un mundo con +2,5 grados.
La diferencia parece pequeña, pero significa un mundo de diferencia. Un mundo donde por ejemplo, el rendimiento de varios cultivos en Paraguay se reduciría a la mitad.
Países como Paraguay necesitan dinero.
Dinero para la mitigación: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que se acumulan en la atmósfera y elevan la temperatura planetaria, como el CO2 y el metano por actividades como la deforestación y la ganadería.
Dinero para la adaptación: prepararnos para reducir los efectos adversos de la crisis climática en nuestros cultivos, nuestro acceso al agua, la infraestructura de nuestras ciudades y en nuestra salud.
El dinero que países como Paraguay necesita lo deben poner los países desarrollados, porque ellos son los principales responsables que nos llevaron a esta crisis.
Así lo dispone el Acuerdo de París, que habla que todos los países tienen responsabilidades comunes pero deben estar diferenciadas de acuerdo a sus emisiones.
Además del financiamiento para mitigación y adaptación al cambio climático, el Acuerdo de París también cita un tercer punto:
Una compensación por los costos de los efectos que ya sufrimos hoy. Por ejemplo, eventos climáticos extremos como sequías más frecuentes y prolongadas.
Cómo se financiarán los daños y pérdidas ya ocasionados por la crisis es el punto central de la COP27, que se hará en Sharm el-Sheikh, Egipto.
Paraguay está entre los países que presionarán a EE.UU, la Unión Europea y Reino Unido.
En 2009, los países desarrollados se habían comprometido a poner 100 mil millones de dólares. Pero no cumplieron.
Esto no significa que Paraguay no tiene responsabilidades que cumplir. Falta garantizar que el financiamiento que consiga se invierta en el bienestar de los sectores más vulnerables.
Existe peligro de que ese dinero termine beneficiando a los mismos sectores responsables de la deforestación.