Balance: cómo impacta lo acordado en la COP16 a América Latina

La cumbre de biodiversidad COP16 terminó la mañana del 2 de noviembre con dos grandes logros, pero con dos temas cruciales pendientes. Entre los principales acuerdos destaca la creación de un órgano conformado por pueblos indígenas y comunidades locales que asesore de forma permanente al Convenio sobre Diversidad Biológica, así como el reconocimiento del rol de los pueblos afrodescendientes en la protección de la biodiversidad. En paralelo, entre los temas pendientes se encuentran la movilización de recursos para asegurar la protección de la naturaleza y la falta de un plan de seguimiento al Marco Global de Biodiversidad, acordado en 2022.

Durante el sábado 2 de noviembre, la zona verde de la cumbre de biodiversidad de Naciones Unidas COP16 —destinada a promover la participación de la sociedad civil y que albergó a más de 40.000 personas— lucía desierta y con apenas personal de producción que desmantelaba todo lo que allí había. “Ya no hay COP y Cali vuelve a ser la de antes, vuelve a haber delincuencia, ya no hay policías”, afirmó una señora en las inmediaciones del Edificio de Coltabaco al no poder ingresar a hacer turismo.

El retorno de extranjeros a su país de origen, además de reflejarse en la ausencia de eventos culturales y de personal de seguridad, se evidenció en la suspensión abrupta de las negociaciones. “Muchas gracias a todos. En este momento, no tenemos quórum suficiente por lo que suspendo la sesión”, fueron las palabras de la ministra de Ambiente de Colombia y presidenta de la COP16, Susana Muhamad, que dieron por terminado el evento que duró dos semanas. 

La cumbre catalogada como la que tuvo más asistentes en la historia se suspendió por no contar con el quórum necesario. Foto: UN Biodiversity

Estas mismas palabras implicaron, además, que temas cruciales como el financiamiento y el monitoreo del cumplimiento del Marco Global de Biodiversidad quedarían sin resolver en esta cumbre. 

Pese a ese final inesperado, la COP16 logró el reconocimiento de pueblos históricamente invisibilizados. Esto a través de la creación de un órgano subsidiario de pueblos indígenas y comunidades locales, y por medio del reconocimiento de los pueblos afrodescendientes como actores claves en la protección de la biodiversidad. 

Pero, ¿qué implican los acuerdos y los no acuerdos para América Latina? Representantes de la sociedad civil que siguieron las negociaciones lo explican en este artículo.

Triunfo de los pueblos indígenas

Uno de los primeros acuerdos que se adoptó la noche del viernes 1 de noviembre fue la creación del órgano subsidiario específico para pueblos indígenas y comunidades locales dentro de la Convención de Diversidad Biológica. Este fue uno de los principales pedidos al iniciar esta cumbre. 

“Nuestra apuesta son dos elementos centrales: la creación del órgano subsidiario y la financiación. Es un avance que se apruebe el órgano subsidiario, pero pensamos que sí debe haber un nuevo fondo y con mecanismos claros de acceso”, dijo a este medio Jorge Villegas, delegado de Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana (OPIAC).

La decisión fue recibida entre aplausos y lágrimas por representantes de los pueblos indígenas que se encontraban en la plenaria de cierre. “Esta es una ocasión sin precedentes en la historia de acuerdos multilaterales sobre ambiente. Este órgano subsidiario es un referente para el resto del mundo”, afirmó Camila Paz Romero, líder indígena chilena y representante del Foro Internacional Indígena sobre Biodiversidad, en la plenaria de cierre. Este logro salda una deuda que el Convenio tenía por 26 años con este grupo.

Ramiro Batzin ante la aprobación del órgano subsidiario de pueblos indígenas. Foto: UN Biodiversity

Ramiro Batzin, coordinador regional para América Latina del Foro Internacional Indígena sobre Biodiversidad, señaló, además, que este logro es clave porque los países megadiversos, entre ellos Brasil, Colombia y Perú, están en una batalla a contrarreloj para conservar la biodiversidad.

“Los pueblos indígenas estamos planteando que no podemos esperar más tiempo, estamos hablando del cumpliemiento de las metas Kunming-Montreal al 2030. La biodiversidad no necesita esperar, necesita acciones el día de hoy”, dijo a Climate Tracker.

El reconocimiento de pueblos históricamente invisibilizados conmovió a los asistentes a la plenaria de cierre. Foto: UN Biodiversity

Reconocimientos de pueblos afrodescendientes

Otro de los principales objetivos al iniciar esta cumbre fue que se incluya a los pueblos afrodescendientes dentro del artículo 8 (j) del Convenio de Diversidad Biológica, que reconoce el rol de pueblos indígenas y comunidades locales en la conservación. Este fue otro de los acuerdos alcanzados el viernes por la noche. 

Esto significa un gran logro para Colombia y Brasil que son quienes impulsaron este tema desde el inicio de las negociaciones en Cali, Colombia. “El reconocimiento de los pueblos afrodescendientes es otro objetivo de la delegación colombiana que se patinó muy fuerte con Brasil”, afirmó Susana Muhamad, tras suspender las negociaciones en la COP16. Ambos países concentran, además, la mayor cantidad de población afrodescendiente en la región.

Los representantes de los pueblos afrodescendientes celebran el acuerdo logrado en la COP16. Foto: UN Biodiversity

Este logro también se suma a los esfuerzos por proteger la diversidad biológica. “El reconocimiento de los pueblos afrodescendientes, que encarnan estilos de vida tradicionales en la conservación de la biodiversidad, es esencial para la implementación del Convenio. Esto representa un paso adelante para lograr la paz con la naturaleza”, señaló a la prensa Sandra Valenzuela, directora ejecutiva de WWF Colombia.

Avance en recursos genéticos

En la mañana del sábado, luego de que las negociaciones se extendieron por más de ocho horas y los negociadores se desvelaran en el Centro de Eventos Valle del Pacífico, se aprobó la creación del Fondo de Cali.

El mismo tiene como fin que las empresas que utilizan secuencias digitales de recursos genéticos para elaborar sus productos aporten parte de sus ganancias. “Muchos de los medicamentos que hoy en día salvan vidas provienen de la selva tropical. Por eso es justo que una parte de los ingresos que generan las empresas gracias a esta información se destine a la protección de la naturaleza”, dijo a la prensa Toerris Jaeger, director ejecutivo de Rainforest Foundation Norway.

Este mecanismo contempla que siete sectores industriales aporten al fondo: farmacéuticas, nutracéuticos, cosméticos, reproducción de animales y plantas, biotecnología, laboratorios asociados con secuenciación genética y servicios de información científicos y técnicos

Sin embargo, no es obligatorio, por lo que su funcionamiento dependerá de la buena voluntad de las empresas. Además de ello, el acuerdo establece que el 50% de lo recaudado deberá ser destinado a pueblos indígenas y comunidades locales.

Por ello, la creación de este mecanismo es clave para la región latinoamericana, pues forman parte de los países megadiversos, que albergan aproximadamente el 70% de la biodiversidad del mundo. 

“Esto es bien importante. Si bien es cierto el porcentaje de aporte del 1% de las ganancias no es mandatorio, creo que es bueno que se haya creado este Fondo de Cali”, dijo a este medio Manuel Pulgar-Vidal, líder de la Práctica Global de Clima y Energía del Fondo Mundial para la Naturaleza, WWF.

Trabas en el financiamiento

Pese a los grandes logros, las negociaciones se tornaron tensas y se suspendieron cuando se tocó el tema de financiamiento. La Unión Europea se mostró en contra de la creación de un nuevo fondo. 

En tanto, Brasil denunció el poco espíritu de colaboración de los países del norte global al resaltar que estos solo decían no querer un nuevo fondo, pero no señalaban soluciones. “No estamos listos a discutir nada más hasta que no encontremos una solución en este tema”, afirmó la representante de la delegación brasileña.

Frente a esta situación, Fiji denunció que era el único representante de las islas del Pacífico. Panamá, por su parte, señaló ser también el único que quedó de su delegación y pidió que se realice un recuento del quórum. Esto dio paso a la suspensión de las negociaciones.

“El tema de cuándo va a llegar el financiamiento y qué tan rápido se va a destrabar es uno de los temas más difíciles que no se han resuelto en esta COP”, resaltó Gabriel Quijandría, director regional para Sudamérica de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Por ello, en las intersesionales del próximo año los países deberán continuar las discusiones sobre si crear o no un nuevo fondo, así como definir si ese nuevo fondo estaría bajo la administración del Fondo Global para el Medio Ambiente.

Falta de seguimiento

Otro tema que ni siquiera se llegó a discutir debido a la suspensión de la COP16 fue el establecimiento de un mecanismo que permita monitorear el Marco Global de Biodiversidad, acuerdo que fue adoptado en la COP15 en Montreal y estableció 23 metas para la protección de la naturaleza.

El principal mecanismo que las naciones tienen para implementar esas metas en sus territorios son las Estrategias Nacionales y Planes de Acción de Biodiversidad (NBSAP, por su sigla en inglés). Por eso, se comprometieron a actualizarlas antes de la COP16. Sin embargo, al inicio de la cumbre, solo 35 naciones lo hicieron. Ni siquiera el país anfitrión lo había presentado.

La situación no cambió mucho al final de la conferencia, solo 44 países, es decir, nueve más habían presentado sus planes actualizados. Entre ellos están Perú y Colombia de la región de América del Sur.

Karen Oliveira, directora de Política Pública y Relaciones Gubernamentales de The Nature Conservancy (TNC) Brasil, explica que la falta de actualización de los planes no está desligada de la falta de financiamiento. En resumen, la COP16 terminó sin planes de acción actualizados, sin dinero para su implementación y sin una ruta para monitorear los progresos. 

“La falta de consenso sobre la movilización de recursos financieros y los indicadores de seguimiento no sólo impide planes y objetivos más ambiciosos, sino que pone en peligro los importantes avances logrados. Esperamos que, con el telón de fondo de las emergencias climáticas y de biodiversidad, la reanudación de las negociaciones permita alcanzar un consenso sobre la urgencia de esta cuestión”, subrayó Oliveira.

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