Tras un par de buceos, gobierno mexicano concluye que gasoducto Puerta al Sureste no dañará arrecifes protegidos

Un gasoducto submarino de 690 kilómetros, llamado Puerta al Sureste, busca instalarse en una región mexicana de Veracruz que alberga 110 arrecifes. El trazo de esta tubería se mantiene reservado, bajo el argumento de seguridad nacional. Climate Tracker tuvo acceso al informe de una de las inspecciones que realizó la autoridad ambiental en el lugar, revelando que el estudio se limitó al uso de una cuerda de 50 metros y dos inmersiones de buzos.

Bajo las aguas del Golfo de México, en la periferia de arrecifes protegidos, el gobierno federal traza la instalación de un gasoducto. El megaproyecto, llamado Puerta al Sureste, transportará diariamente 248 mil barriles de gas natural desde Tuxpan, al norte del estado de Veracruz, a Paraíso, Tabasco, para abastecer a la Refinería Dos Bocas, obra energética bandera del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Ésta es una inversión pública-privada de más 4,500 millones de dólares entre la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Transportadora de Gas Natural de la Huasteca, filial de TransCanada (hoy llamada TC Energía), la compañía que está detrás del controversial oleoducto Keystone XL.

Actualmente, la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) evalúa si dar o no la autorización ambiental necesaria para que las obras comiencen. Entretanto, Climate Tracker descubrió que la dependencia ya concluyó que el gasoducto no afectará a un arrecife catalogado como Área Natural Protegida, usando una cuerda y realizando un par de inmersiones con buzos.

Asunto de seguridad nacional

Aunque la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) —el estudio técnico de la empresa que será evaluado por la ASEA— debería mostrar las coordenadas de los 690 kilómetros del gasoducto, éstas han sido cubiertas por un fondo negro. La ubicación fue clasificada como información reservada, bajo el argumento de que difundirlos comprometería la seguridad del país.

Las coordenadas y detalles del trazo del ducto se mantienen reservadas. Bajo el argumento de seguridad nacional.

En 2021 el presidente López Obrador decretó que la realización de todo proyecto “estratégico para el desarrollo del país” sea considerada de seguridad nacional. La decisión fue invalidada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en mayo de 2023, pero el trazo del gasoducto sigue testado.

Ante ello, una decena de organizaciones —entre ellas Greenpeace y el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA)— han exigido a la Agencia desechar el megaproyecto, ya que incumple el derecho al acceso a la información ambiental del Acuerdo de Escazú, del cual México es parte.

Señalaron, además, que la evaluación se fragmentó en dos procesos independientes: uno para las obras en tierra y otro para el gasoducto submarino. “Eso impide evaluar de forma integral los impactos del megaproyecto”, explica Pablo Ramírez, especialista en clima y energía de Greenpeace México.

En la periferia de arrecifes protegidos

Tras una revisión de las Manifestaciones de Impacto Ambiental del megaproyecto, Climate Tracker encontró que cruzará la zona de influencia de dos Áreas Naturales Protegidas (ANP): Sistema Arrecifal Veracruzano y Sistema Arrecifal Lobos-Tuxpan, ubicadas al norte y centro de Veracruz, respectivamente. Es decir, se instalará en la zona que tiene una estrecha interacción ecológica con las ANP.

TransCanada asegura que no habrá impacto, ya que “dentro del Programa de Manejo no se identificó la regulación de dichas áreas [de influencia]”.

Por otro lado, el gasoducto llegará a estar a 550 metros de distancia del ANP Lobos-Tuxpan. Una distancia equivalente a 11 albercas olímpicas.

La MIA reconoce que el megaproyecto incidirá en siete regiones marinas prioritarias para el país, consideradas así por su alta biodiversidad o por su falta de conocimiento sobre ellas. Y el CEMDA ha alertado que atravesaría el Corredor Arrecifal del Suroeste del Golfo de México, un región del litoral de Veracruz donde 110 arrecifes conectan los arrecifes del sur con las ANP.

Afectaciones profundas, inspecciones someras

Mientras la evaluación ambiental avanza, Climate Tracker descubrió, a través de información pública en la Plataforma Nacional de Transparencia, que la ASEA realizó una inspección usando tan solo una cuerda y con un par de buceos. De esa forma concluyó que el gasoducto no afectará al ANP Sistema Arrecifal Lobos-Tuxpan.

Así lo muestran informes de una comisión realizada por seis directores y subdirectores de la ASEA; incluyendo su titular, Ángel Carrizales López. Los documentos describen una “visita técnica de verificación” del 28 de febrero de 2023 sobre la zona de influencia del ANP, para “verificar el estado actual que guardan los arrecifes, las incidencias del trazo al ANP y así corroborar la información de la MIA”.

Acompañados por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), estos funcionarios primero verificaron las coordenadas de donde se desechará el sedimento removido para la instalación del gasoducto; el proceso de mayor impacto ambiental de todo el megaproyecto.

Navegaron en espiral sobre el polígono de vertimiento; pero el personal de la CONANP “no detectó las profundidades con los equipos de navegación a bordo”.  Por otro lado, una aplicación digital —cuyo nombre no se menciona— les decía que el fondo marino estaba a 100 metros.

Para descartar alguna falla “se lanzó una cuerda de 50 metros que no tocó fondo, por lo que no realizaron inmersiones de buzos en esta localización. Por lo que la información es congruente con lo manifestado en la MIA e Información Adicional (IA)”, concluyen los informes.

“La cuerda la usaban los navegantes británicos hace 200 años… Desde hace mucho existen sistemas de sondeo acústico para obtener información sin necesidad de meter a alguien bajo el agua”, comenta sobre el tema Javier Martos, investigador de la Universidad Veracruzana (UV).

Desde el punto de vista de Greenpeace, el método de la agencia “demuestra que hicieron un análisis prácticamente a ciegas”, sostiene Viridiana Lázaro, campañista de biodiversidad de la organización gubernamental no lucrativa.

 Comparte esta perspectiva un consultor ambiental de la región: “Lo más grave es que las MIAs no consideran la acumulación de impactos con el gasoducto Texas-Tuxpan. Si tú vas y le preguntas a los pescadores, te dirán que ese gasoducto genera vibraciones que espanta a las especies” agrega el especialista, cuyo nombre se omite a su petición expresa.

A la fecha, la IA entregada por TransCanada no es de acceso público. En la MIA no se menciona si la futura zona de desechos  alberga algún arrecife en sus profundidades. Si lo hay, nadie en la lancha se sumergió para averiguar su estado ambiental.

Arrecifes desprotegidos por el gobierno

De acuerdo con los informes, los funcionarios también navegaron sobre dos arrecifes no emergentes de la zona de influencia del ANP: Tamiahua, 5 kilómetros al norte  del paso del gasoducto y Oro Verde, a 771 metros al sur.

Poco estudiados y sin protección gubernamental, los arrecifes no emergentes no sobresalen de la superficie del mar y algunos, como los mesofóticos, alcanzan profundidades de hasta 150 metros. Por lo mismo,  no se perciben a simple vista desde aviones o embarcaciones.

El arrecife Oro Verde fue estudiado por primera vez en 2012. En él habitan 23 especies de corales, 34 de esponjas y 49 de peces. Hace una década, un tercio de sus 162 hectáreas estaba cubierta de corales.

En las 104 hectáreas del arrecife Tamiahua se pueden encontrar cinco especies de corales, cuatro de esponjas y 19 de peces; de acuerdo con un muestreo publicado en un artículo científico de 2021 en la revista Ocean & Coastal Management.

El arrecife Tamiahua fue estudiado por primera vez en 2019. Foto: CEMDA.

El personal de la CONANP, que acompañó a la ASEA en su visita, realizó inmersiones de buceo en ambos arrecifes coralinos. Pero, según la agencia, no detectó especies de coral: “Únicamente rocas, esponjas de mar y arena”.

“Las características actuales que guardan los arrecifes no emergentes en la zona de influencia de la ANP, en los cuales incide el Proyecto, es congruente con lo manifestado en la MIA e IA”, concluyen los informes.

TransCanada no menciona en su MIA estos arrecifes; pero sostiene que “la instalación cercana al ANP Sistema Arrecifal Lobos-Tuxpan sólo será en 3.8 kilómetros. Además, el polígono de vertimiento se ubicará alejado del ANP, por lo que el proyecto no incidirá en esta zona arrecifal”.

A Javier Martos y Leonardo Ortiz, investigadores de la UV que han estudiado Tamiahua y Oro Verde, les extrañan las afirmaciones de la dependencia ambiental.

“Es posible que hayan realizado sólo una inmersión en cada arrecife, lo cual no te permite conocer toda su biodiversidad”, comenta Ortiz en entrevista con Climate Tracker. El 29 de septiembre de 2022, explica, entregó a la CONANP las coordenadas de Tamiahua, Oro Verde y otros siete arrecifes no emergentes de la región, a petición de la Comisión.

Para Martos, aún hay muchos arrecifes no emergentes pendientes de estudio. “La academia no los conoce; pero los pescadores locales los han utilizado por décadas. Nos acercamos a ellos o viceversa, revisamos y descubrimos un arrecife”, relata. Desde 2014 estos científicos han luchado para que estos arrecifes tengan una protección ambiental.

“Las conclusiones de la ASEA muestran un incumplimiento de la ley, ya que no usan las mejores técnicas científicas ni la mayor información disponible, además de un claro desconocimiento de la biodiversidad en la zona”, afirma Viridiana Lázaro.

Lázaro coordinó en mayo de 2023 una expedición de Greenpeace, para investigar los arrecifes del centro y norte de Veracruz, incluyendo Tamiahua.

En el lugar donde las autoridades encontraron rocas y arena con un par de buceos, ella confirmó el ecosistema que habían documentado los científicos años atrás, usando sumergibles y robots submarinos.

Lázaro y su equipo anunciaron en mayo el descubrimiento de otros ecosistemas arrecifales, alertando que podrían ser afectados por la Puerta al Sureste.

TransCanada respondió que los acusaciones de Greenpeace son falaces y que ha invertido más de 880 millones de pesos en estudios que aseguren que el gasoducto “no cruce o afecte ningún arrecife de coral vivo”; sin dar más detalles sobre tales investigaciones.

La constructora aseguró, además, que el gasoducto “se ubicará a profundidades de 100-120 metros, mucho más allá de donde arrecifes pueden vivir debido a la falta de luz solar”. Sin embargo, su perfil batimétrico muestra otros datos.

TransCanada cruzará un manglar protegido

En tierra, la obra atravesará los manglares y humedales de Tuxpan —los más grandes y mejor cuidados del noreste de México— “sin que ello comprometa la funcionalidad de éste”, dice la empresa en la MIA. El mangle más cercano al ducto se encontrará a 317 metros.

En particular, el gasoducto cruzará el estero El angosto y arroyo El Salto. Ambos cuerpos de agua alimentan a la Laguna de Tampamachoco, hogar de 179 especies de peces.

Al primero, presente todo el año, lo pasará por debajo del suelo. Sobre el segundo, que es intermitente, se instalará a cielo abierto durante la temporada de secas. De esta manera no afectará el flujo hidrológico del lugar, asegura la empresa.

En sus 3,500 hectáreas de las cuatro especies —todas amenazadas— de mangles del país, cohabitan casi 200 de aves, incluyendo el chorlo chiflador y la mascarita de Altamira, en peligro de extinción en México.

Por ello, en 2006 fue catalogada como sitio RAMSAR, un humedal de importancia internacional del cual México debe tomar medidas para su conservación y un uso racional del territorio.

Gobierno entreabre la puerta al sureste para el gas natural

Los documentos no refieren si la ASEA realizó más visitas. Pero Carlos Yegros Díaz, subdirector de la Unidad de Gestión Industrial (UGI), concluyó en su informe que “se permite proseguir con la evaluación del proyecto con una visión más amplia y clara del mismo”. El personal de la UGI como Yegros es el responsable de la autorización de megaproyectos como Puerta al Sureste.

Semanas tras la inspección TransCanada adelantó que “la ruta del ducto fue validada de forma independiente por las autoridades”. Climate Tracker contactó a la ASEA para verificar dicha afirmación y saber los detalles de su visita técnica. Pero al cierre de edición de este reportaje no hubo respuesta.

“Pareciera que la ASEA primero está para garantizar la construcción de megaproyectos, después la seguridad ambiental. Si todo el gasoducto lo evaluarán así, dejarán muchos vacíos”, concluye Pablo Ramírez, vocero de Greenpeace México.

Jennifer Pierce, presidenta de la filial en México, explicó en una entrevista para Milenio que la transición energética y la idea de contener la migración de Centroamérica con el desarrollo industrial que traería la Puerta al Sureste fueron claves de la “alianza estratégica” con TransCanada para este megaproyecto. “México necesitaba gas y nosotros podíamos dárselo”, aseguró.

El 26 de mayo de 2023, el gobierno federal decretó que el gas natural se considere energía limpia, pese al hecho de que se trata de un combustible fósil que contribuye a la actual crisis climática.  Con ello, se buscaría cumplir el compromiso de tener 35% de energías renovables para 2024. Sin embargo, señalaron asociaciones como Iniciativa Climática, CEMDA y Nuestro Futuro que se trata de una simulación.

Así, el gobierno mexicano le entreabre a TransCanada la puerta al hogar de los arrecifes de Veracruz, para repartir gas natural por 30 años. Mientras, la transición energética justa en México se asoma lejana.

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