Ramón Fígaro es un comerciante de la comunidad rural de El Limón en Samaná, ubicada al noreste de República Dominicana. Con emoción, el vendedor cuenta el valioso aporte que ha sido para su colmado (tienda) tener paneles solares como fuente de energía.
Cuando Ramón quiso establecer su local de venta de productos de primera necesidad, la distribuidora de energía eléctrica El Progreso del Limón (única existente en la zona) le informó que extender la línea de transmisión hasta su comercio le costaría alrededor de 300,000 pesos (5,172 dólares).
Por la inversión que esta cifra representaba, el negociante cibaeño decidió explorar otras alternativas y apostar por las energías renovables. Con la empresa Ingeram instaló 8 paneles solares y cuatro baterías de almacenamiento para crear un sistema aislado. Al día de hoy,
Ramón relata que ha sido una de las mejores decisiones de su vida, ya que se ahorró aproximadamente 100,000 pesos dominicanos (cerca de 1,700 dólares) para iluminar su colmado y que ha visto cómo otros comercios similares han tenido que desaparecer por el azote de la tarifa eléctrica.
“Tengo la información de un señor que tenía un negocio allá mismo, con los mismos electrodomésticos que tengo yo y la factura le llegaba hasta de 35,000 pesos mensuales (cerca de 600 dólares)”, destacó.
Al referirse a la reducción de emisiones es común visualizar esta cifra a gran escala, ignorando que la contribución individual puede tener efectos sumamente positivos para las personas en términos económicos y en calidad de vida.
La instalación de paneles solares en los hogares del país representa una tendencia en aumento, ya que para muchos se convierte en una forma de garantizar el servicio y mejorar sus finanzas a corto, mediano y largo plazo.
Una investigación divulgada en 2017 en la revista Nature Energy efectuó una estimación de las emisiones de gases de efecto invernadero a lo largo del ciclo de vida completo de diversas fuentes de electricidad. De acuerdo con el estudio, la generación de cada kilovatio/hora (kWh) de electricidad mediante energía solar presentaría una huella de carbono equivalente a 6 gramos de CO2 (gCO2e/kWh).
En contraste, la quema de carbón emite, en promedio, 109 gCO2e/kWh, mientras que el gas natural contribuye con 78 gCO2e/kWh y la energía hidroeléctrica con 97 gCO2e/kWh. En el ámbito de las fuentes renovables, la bioenergía exhibe una huella de 98 gCO2e/kWh, mientras que la energía eólica y la nuclear registran 4 gCO2e/kWh.
De acuerdo a los datos de la Comisión Nacional de Energía (CNE), en República Dominicana el Programa de Medición Neta (PMN) registró en noviembre de 2023 una capacidad instalada de 346 megavatios en el Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI), con un total de 14,593 clientes registrados.
El PNM es el que se encarga de medir los avances de las políticas públicas en materia de generación distribuida, que consiste básicamente en la generación de energía eléctrica por medio de muchas pequeñas fuentes de energía.
El director de la CNE, Edward Veras, cuenta que esto representa un crecimiento aproximado de 50 megavatios y 2,200 clientes por año desde 2018 a la fecha.
En la actualidad, decenas de empresas se dedican a ofrecer este servicio y le brindan a sus clientes las opciones más adecuadas, dependiendo de factores como el consumo eléctrico de la residencia, su ubicación, entre otras.
Alívio en las finanzas
Los principales sistemas de energía fotovoltaica que se instalan en las viviendas, establecimientos o negocios dominicanos pueden ser aislados o de inyección, siendo el último el más utilizado, sobre todo en entornos urbanos.
José Antonio cuenta cómo en los seis meses que tiene con paneles solares instalados en su vivienda, sus finanzas personales han experimentado un alivio.
“Yo no estoy pagando luz, pero anteriormente me llegaba variada entre 3,000 y 5,000 pesos (cerca de 51 a 86 dólares)”, dijo.
La casa de José, ubicada también en El Limón, cuenta con seis paneles y un sistema de almacenamiento compuesto por dos baterías y un inversor; esta instalación le representó un gasto de 125,000 pesos o unos 2,200 dólares.
“Si en un hogar dominicano se logra instalar paneles solares, esta inversión podrá mejorar varias cosas en la casa como disminuir la factura eléctrica, mitigar los apagones y tener más comodidad y confort, por ejemplo con el uso de aires acondicionados con paneles solares”, aseguró el ingeniero Rafael Ramírez, propietario de la empresa Ingeram de instalación de sistemas fotovoltaicos.
Ramírez precisó que una residencia de tamaño promedio, con un consumo eléctrico de 5 a 7 kilovatios puede utilizar un sistema aislado con un costo de instalación de entre 300,000 y 350,000 pesos (entre 5,172 y 6,034 dólares).
Uepa Solar es otra empresa de energía solar que se dedica al desarrollo de soluciones fotovoltaicas en República Dominicana. Su titular, Tony Chen, detalla que con 12 paneles, en un sistema de inyección, una vivienda mediana podría satisfacer su demanda energética. El precio de esa implementación rondaría los 406,000 pesos, unos 7,000 dólares aproximadamente.
Chen sostuvo que la decisión de poner paneles solares es una contribución directa a la reducción de emisiones de CO2 y contribuye significativamente al medioambiente.
“Esta ha sido una experiencia muy buena porque, gracias a Dios, ya no tenemos problemas de luz”. Con estas palabras el pastor Félix Almánzar define su experiencia al instalar paneles solares en su Iglesia de Dios Monte de Sion. Este templo cristiano lleva alrededor de cuatro meses utilizando fuentes renovables como matriz eléctrica. La obra de ingeniería estuvo a cargo del Grupo Erce y tuvo una inversión de 7,000 dólares.
El pastor indicó que anteriormente debían pagar entre 14,000 y 15,000 pesos (entre 241 y 258 dólares) por el servicio eléctrico y ahora solo pagan 42 pesos de tarifa (72 centavos de dólar).
El documentalista y periodista ambiental Marvin del Cid posee paneles solares en su hogar desde hace más de cuatro años. La instalación fue realizada por la empresa Tecnicaribe y el sistema tiene una capacidad de generación de 7.2 kilovatios.
Del Cid pagó alrededor de medio millón de pesos o cerca de 8,620 dólares y explica entusiasmado que desde que incorporó esta tecnología en su casa pasó de pagar entre 11,000 y 13,000 pesos de tarifa eléctrica (190 – 225 dólares) a 37 pesos (63 centavos de dólar).
“Fuera del ahorro de dinero, para mí el beneficio más grande es que tu calidad de vida mejora significativamente”, puntualizó.
Subsidios del gobierno
A través de la entrada en vigencia de la Ley de Incentivo al Desarrollo de Fuentes Renovables de Energía y sus Regímenes Especiales (57-07), se estableció la exoneración del pago al Impuesto sobre Transferencias de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS) sobre los ingresos derivados de la generación y venta de electricidad a base de fuentes de energía renovables.
También se levantó el 100% de todos los impuestos reflejados en la importación de paneles solares, la reducción a un 50% al impuesto por financiamiento externo y el incentivo del Crédito Fiscal que consiste en una compensación de hasta un 40% sobre el costo de los equipos comprados.
El uso de energías renovables en los hogares y pequeños comercios e industrias en el país está regulado a través del Reglamento de Interconexión de Generación Distribuida y Reglamento de Medición Neta.
El primero contiene los requisitos y el proceso para la instalación y operación de los sistemas de generación interconectados con el sistema de distribución eléctrica y el segundo alberga las condiciones para acceder al Programa de Medición Neta (PMN), definiendo los derechos y responsabilidades que competen al distribuidor y al cliente.
Veras aseguró que actualmente las autoridades están enfocadas en actualizar estas normativas que datan de mediados de 2011. “El Gobierno dominicano, a través de la Superintendencia de Electricidad, está trabajando en la elaboración de un nuevo reglamento que, al adaptarse a los nuevos tiempos, va a obrar en beneficio de todos los involucrados, fomentando, aún más, el desarrollo de este tipo de autogeneración de electricidad”, dijo.
Dificultades
Existen básicamente tres principales limitaciones que impiden que las personas puedan tener paneles solares en sus casas.
Uno de estos obstáculos es el económico ya que, a pesar de los incentivos que ofrece el gobierno, la adquisición de estos generadores sigue siendo un gasto considerable para las familias dominicanas.
Para incorporar paneles solares en una vivienda en República Dominicana se debe realizar un procedimiento en el que se solicita la integración del proyecto de generación distribuida al Programa de Medición Neta. En ese sentido, esto puede ser una limitación ya que en este proceso se evalúan todas las condiciones del proyecto. La gran cantidad de usuarios acercándose a este modelo energético ha provocado la dilación en la concesión de los permisos por la cantidad de solicitudes recibidas.
Esta misma causa ha provocado que algunos circuitos del SENI estén llenos por un tema de capacidad instalada y no admiten la incorporación de nuevos proyectos.
Otra limitación es el tema del espacio debido a que generalmente, suelen colocarse en el techo del inmueble y gran parte de la población en entornos urbanos vive en apartamentos.
Reducir la burocracia es necesario para que el proceso de adhesión de los consumidores a la energía solar sea más rápido. Además, es importante que el gobierno siga con los incentivos. De acuerdo a los datos de la Comisión Nacional de Energía del año 2008 al 2023 hay un total aproximado de 2,831 recomendaciones de incentivos que han beneficiado a dueños o inquilinos de hogares, negocios, fábricas o industrias, que han invertido en proyectos de autoproducción y autoconsumo energético privado mediante la instalación de fuentes renovables de energía.