Las energías renovables ganan más espacio en República Dominicana, tanto en proyectos e inversiones, como en capacidad y generación. La meta establecida desde el Gobierno es clara: 25% de la producción eléctrica debe provenir de fuentes limpias para el 2025.
En ese sentido, ya no solo se requiere de incentivos que promuevan las inversiones en el sector energético, sino también medidas que den estabilidad al suministro de energía.
Ante esa realidad, la Comisión Nacional de Energía (CNE), mediante la resolución CNE-AD-0004-2023, estableció en 2023 las condiciones para las solicitudes de concesiones correspondientes a la actividad de generación de energía eléctrica en régimen especial con almacenamiento BESS (Battery Energy Storage System en inglés).
La resolución está dirigida a inversionistas o titulares de instalaciones de generación de energía de fuente primaria renovable variable, que pretendan explotar la actividad de generación, con la finalidad de ofrecer los servicios de arbitraje de energía.
La misma establece que los proyectos con capacidades igual o superior a 50 megavatios, corriente alterna (MWac) y hasta 100 MWac, con un 30% de su capacidad, deberán disponer de las baterías con una duración mínima de cuatro horas de almacenamiento.
Los que sean superior a 100 MWac y hasta 200 MWac, con un 50% de su capacidad también tendrían que tener una duración mínima de cuatro horas de almacenamiento.
Aquellos que superen los 200 MWac, requerirán de una evaluación realizada por la CNE.
Situación actual
Según reporta el Organismo Coordinador (OC), las energías renovables en República Dominicana suman 1,475.4 megavatios (MW), distribuidos entre 623.3 MW hidroeléctricos, 417.1 MW eólicos, 405 MW solares y 30 MW de biomasa.
Hoy, la CNE está llevando a cabo la evaluación de unos 25 proyectos adicionales que podrían convertirse en concesiones definitivas, sumándose a las 47 que ya han sido otorgadas.
De hecho, dos proyectos ya han sido otorgados y concesionados específicamente para el almacenamiento de energía y uno de ellos, el parque Solar Dominicana Azul, dio su primer picazo en diciembre del 2023, marcando un hito significativo en el avance de esta tecnología a nivel local.
Esta obra cuenta con una capacidad instalada de hasta 101.152 megavatios pico (MWp), 82.888 megavatios nominal (MWn), y un sistema de almacenamiento con baterías de 24.8 MW y 99.2 megavatios hora (MWh).
Además, se están evaluando aproximadamente 15 proyectos en su fase inicial o provisional, los cuales también incorporan sistemas de almacenamiento de energía. Estas iniciativas tienen como objetivo garantizar un suministro eléctrico más estable y eficiente, especialmente durante las horas nocturnas, explicó Edward Veras, director ejecutivo de la CNE, en entrevista con Climate Tracker.
La inclusión del almacenamiento de energía en estos proyectos busca solucionar el desafío de la variabilidad en la generación de energía solar, permitiendo que parte de la energía generada durante el día esté disponible en la noche. Esto no solo contribuiría a reducir los costos operativos y marginales del sistema eléctrico durante las horas de menor generación solar, sino que también ayudaría a equilibrar los costos del mercado eléctrico a lo largo del día.
Se espera que la implementación de estos proyectos de almacenamiento tenga un impacto positivo en la eficiencia y sostenibilidad del sistema eléctrico del país, al mismo tiempo que abra nuevas oportunidades para la integración de fuentes de energía renovable en la matriz energética nacional. La acción toma relevancia dados los desafíos que enfrenta la nación debido a su condición insular, lo que dificulta la integración de energías renovables en su red eléctrica.
“República Dominicana es una parte de una gran isla. No estamos interconectados con ningún otro gran país, ni con ningún otro gran sistema eléctrico. Eso nos impide una mayor integración de energías renovables de manera natural”, dijo Veras.
En este sentido, Veras enfatizó que el almacenamiento de energía se presenta como una solución primordial para garantizar la fiabilidad del sistema eléctrico. Destacó, además, que los sistemas de almacenamiento, tanto en proyectos renovables como en la infraestructura de transmisión, son esenciales para aprovechar al máximo el potencial de las energías renovables y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
Según estimaciones de la CNE, República Dominicana podría ahorrar entre US$500 millones y US$600 millones anuales en costos de combustible fósil derivado del petróleo mediante la adopción de energías renovables en los próximos cinco años.
Plan de Gobierno
La CNE está trabajando en la actualización del Plan Energético de la nación, con un enfoque que prioriza la integración de fuentes de energía renovable. En ese sentido, Veras destacó el papel que ha desempeñado tanto la comisión como el directorio ejecutivo, compuesto por cinco ministerios.
El Ministerio de Energía y Minas ha trabajado en la definición de la política energética pública, la cual se ve reflejada en todo el marco del plan energético. El Ministerio sostuvo que en 2024 se publicará la segunda versión de este plan, que estará más enfocada en el esquema de integración de energías renovables.
“Si bien la primera versión del plan no anticipaba la alta demanda y el interés en proyectos de energía renovable, la nueva versión incorporará esta dinámica cambiante y refleja la agresividad tanto del Estado como del sector privado en este ámbito”, citó Veras.
Él resaltó la comunicación directa con otras entidades clave, como el Ministerio de Medio Ambiente, el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, el Ministerio de Hacienda, la Superintendencia de Electricidad, el Ministerio de Industria y Comercio, entre otros. Esta colaboración permite abordar temas críticos como el ordenamiento territorial, el impacto ambiental y la planificación del suministro de combustibles.
En los últimos años, el país registró un aumento significativo en materia de Inversión Extranjera Directa (IED) en energía eléctrica, principalmente en las renovables, según cifras oficiales.
De acuerdo con los datos del Centro de Exportación e Inversión de República Dominicana (ProDominicansa), el flujo de IED del sector energía durante los últimos cinco años acumula USD$1,942 millones y solo en los primeros nueve meses de 2023 alcanzó los US$827 millones, posicionándose como el de mayor atracción de divisas.
Futuro
El estudio “Integración de Energías Renovables Variables y Sistemas de Almacenamiento de Energía por Baterías al SENI”, elaborado por la CNE, establece que, en caso de no contar con almacenamiento de acción rápida para responder ante la variación del recurso solar (y eólico), será necesario que el Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI) opere con márgenes de reserva de hasta un 16% en horario diurno, lo que representaría un costo estimado de US$41.4 millones anuales.
El texto concluye que “se debe promover el uso de los BESS como condición sine qua non para que el SENI pueda soportar el ingreso masivo de energía renovable variable”.
Con referencia al almacenamiento de larga duración, la publicación presenta dos escenarios.
El primero consideró la integración de BESS a las subestaciones de la Empresa de Transmisión Eléctrica Dominicana (ETED), con una capacidad agregada de 300 MW, a ingresar de manera escalonada en los años 2023, 2024 y 2025, con una duración de cuatro horas.
“Se realizó un análisis económico para determinar la factibilidad de esta opción, resultando en un impacto neto unitario por implementación del BESS de 2.25 USD/MWh, un valor total de US$511.7 millones, con un período de recuperación de aproximadamente 16 años”, especifican.
En el segundo escenario se considera la integración de BESS vinculado a un parque fotovoltaico, asumiendo un proyecto típico de 100 MWp con almacenamiento para servicio de arbitraje de energía de 60 MW/240 MWh. La evaluación económica mostró la factibilidad de la inversión arrojando un Valor Presente Neto (VPN) cercano a los US$30 millones y una Tasa Interna de Retorno (TIR) de 12.18%, con un precio de venta de energía de 145 USD/MWh.