Plantas termosolares en Baja California Sur pueden ser el inicio de un laboratorio de energías renovables en México

El Gobierno mexicano ha decidido impulsar la generación de energía termosolar en Baja California Sur, un territorio que se abastece a través de un sistema eléctrico aislado, altamente contaminante y que produce la electricidad más cara del país. Activistas reciben la noticia de manera positiva, pues señalan que está región tiene vocación para ser un laboratorio nacional para la transición energética.

Cada año, tras la temporada de calor, los habitantes de Baja California Sur recuerdan cómo es vivir afectados por la pobreza energética. Al llegar el recibo de electricidad correspondiente a este periodo de alto consumo, observan incrementos en el cobro de hasta 300%, con cuentas que ponen en riesgo el presupuesto del hogar.

Está situación se debe a que el estado se abastece de energía a través de un sistema eléctrico aislado, lo que obedece a las particulares condiciones territoriales de está península mexicana, que se conecta al territorio nacional solo en la Frontera Norte, en la unión entre Baja California Norte y Sonora. 

Esta particularidad hace que los habitantes de esta región paguen una de las tarifas de electricidad más cara del país que, por otro lado, es producida mediante diésel y combustóleo llevado a la península a través de barcos. Un esquema que genera graves consecuencias para la salud humana y de los ecosistemas.

Pluma de humos de Central de combustión interna Baja California Sur en La Paz, BCS. Fuente: CERCA

Pero está situación puede ser una oportunidad, pues al contar con un sistema aislado Baja California Sur tiene la vocación para ser el laboratorio de energías renovables que México necesita en el contexto de crisis climática, indicó a Climate Tracker la doctora en Desarrollo Sustentable y directora del Centro de Energía Renovable y Calidad Ambiental (CERCA), Jaqueline Valenzuela.

Aquí no producimos combustibles fósiles, solamente tenemos las corrientes marinas, el sol, el viento. Esas son las fortalezas que nosotros vemos como ciudadanía para Baja California Sur para tener un suministro eléctrico suficiente, de calidad, accesible, amigable con el medio ambiente y que no ponga en riesgo la salud de la ciudadanía, señaló.

Los males del combustóleo

Al poner atención al proceso de desarrollo de Baja California Sur durante los últimos años, se puede observar cómo el crecimiento del sector turístico detonado desde inicios de este siglo ha venido presionando a la infraestructura eléctrica estatal.

Sin nuevas inversiones y con centrales de generación que datan de 1979 y 1991, este modo de producir energía genera problemáticas como apagones, altos costos e intermitencia en el servicio; además de afectaciones a la salud humana y ecosistémica como contaminación del aire y suelos por emisiones y derrames de hidrocarburos, indicó Valenzuela. 

Tan sólo a finales de septiembre pasado Agustín Juárez, habitante de La Paz que vive cerca de la central termoeléctrica Punta Prieta, denunció ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) que un derrame de hidrocarburos provenientes de la central alcanzaba ya a un arroyo. Al momento de la denuncia, la contaminación se extendía por un kilómetro y medio. 

“Como que en el interior perdieron el control del flujo de agua y fue que empezó a salir ese líquido negro espeso, como melaza, por una lateral de la termoelectrica… Se ve que la instalación del derrame (por donde salió el derrame) es para conducir el agua pluvial y descargarla por ahí, pero al tener contaminado todo (con las lluvias de días pasados) fue imposible para ellos controlar esto”, comentó. 

Está situación no es un caso aislado, pues todos los sitios con suelos contaminados identificados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) en Baja California Sur, por lo menos 34 registrados entre 2021 y 2025, son a causa del derrame de hidrocarburos

Sin embargo, este es solo un ejemplo de las afectaciones que implica seguir produciendo energía con combustibles fósiles en está región mexicana. 

Como parte de sus programas de salud ambiental y participación ciudadana, CERCA ha trabajado junto a comunidades que por estar cercanas a estas centrales eléctricas y de combustión interna sufren un elevado índice de enfermedades respiratorias. 

En el año 2019, añadió Valenzuela, CERCA documentó kilómetros de costa afectada por derrames de hidrocarburos sobre zonas de manglar de la comunidad pesquera de San Carlos, además de la contaminación del suelo por la utilización de vertederos de cenizas sin medidas técnicas necesarias por parte de las centrales de generación. 

Hemos podido constatar, como isla energética con poca población, las externalidades negativas de este modelo de operación basado en combustibles fósiles, indicó. 

Juárez reconoce que los habitantes de La Paz y alrededores ya tienen un cansancio respecto a la termoeléctrica y su contaminación. El olor de los gases desprendidos por las cinco chimeneas, aseguró, se puede oler a kilómetros a la redonda.Y con el reciente derrame, señala que los paceños no pueden permitir que ahora también contaminen el subsuelo. 

“Ya no podemos tolerar que sucedan estas cosas. Yo nunca había pensado que iba a ser vecino vigilante de ‘la termo’, pero pues sí”. 

Aunado a esto, explicó, durante los meses de verano los altos costos e intermitencia de la energía pone en riesgo tanto salud como bienes de la población, pues reconoce que cuando la demanda de energía supera la capacidad instalada del sistema eléctrico, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) protege los equipos desconectando ramales o subdivisiones del sistema eléctrico. 

“Esto sucede todos los veranos y son grandes sectores que quedan sin el servicio eléctrico. Hay colonias que la gente no haya qué hacer, que han perdido refrigeradores, que pierden equipos, que tienen gente enferma, en cama y no tienen certidumbre del servicio eléctrico en verano. Y a veces y a veces son horas, no nomás son una o dos horas”, explicó.

Pluma de humos de Central de combustión interna Baja California Sur en La Paz, BCS. Fuente: CERCA

La esperanza termosolar

Ante este panorama, el anuncio del Gobierno Mexicano sobre la construcción de las primeras dos plantas termosolares en Baja California Sur fue recibida con buen ánimo por parte de expertos en energía y transición energética.  

Fue el pasado 26 de agosto, durante la conferencia diaria de la presidencia, que la secretaria de Energía, Luz Elena González, anunció la construcción de dos centrales termosolares con almacenamiento térmico en la entidad. 

Con una inversión estimada de 800 millones de dólares, un tiempo de construcción de 48 meses y una capacidad instalada de 50 MW cada una, este proyecto promete abastecer de energía eléctrica limpia a hasta 200 mil hogares de la entidad. 

El objetivo es reforzar el abasto eléctrico en Baja California Sur con estas plantas que buscan generar en sitio más energía ante el crecimiento de la demanda… Son proyectos que contribuyen a nuestra soberanía energética y al cumplimiento de compromisos de mitigación del cambio climático, dijo González Escobar. 

Las centrales termosolares son un precedente único y ponen al país a la vanguardia, pues será la misma empresa estatal de energía, la CFE, la que se encargue de su construcción, añadió la funcionaria federal. 

Valeria Amezcua, maestra en energía y sustentabilidad y presidenta de la Red Agrovoltaica Mexicana, señala que son varios los factores “importantísimos” que explican la decisión de llevar estos proyectos a la Baja Sur. 

Primero, la característica de ser un sistema aislado; segundo, el hecho de que producir energía a partir de diésel es “carísimo”; y tercero, este es uno de los sistemas más contaminantes del país

Aparte, los proyectos termosolares presentan una ventaja más respecto a la energía solar. Mientras los proyectos solares aprovechan la luz del sol, los termosolares aprovechan su calor, el cual puede ser almacenado para utilizarse durante la noche. Cosa que, para los sistemas fotovoltaicos, implicaría la instalación extra de sistemas de almacenamiento. 

Aparte de esto, Amezcua asegura que la generación distribuida de energía solar ya no puede crecer en Baja California Sur, pues el sistema eléctrico ha llegado a un límite en el que integrar más energía solar afectaría la estabilidad de la red. Esto debido a la falta de capacidad de almacenamiento y de infraestructura de control. 

En el caso de las torres termosolares, estas funcionan como centrales de generación pero también como sistemas de almacenamiento. 

“Este tipo de almacenamientos térmicos son muy buenos. Funcionan con sales que se calientan en la torre a tal grado que se vuelven líquidas. Ese calor te puede durar hasta 48 horas almacenado, lo que quiere decir que tienes energía guardada para muchas horas en la noche”, explicó Amezcua. 

Pero lo más importante de integrar este modelo de generación a Baja California Sur es que contribuirá para la eliminación del diésel. “Hay que ir mejorando respecto a cómo está ahorita el sistema de Baja California Sur. En ese sentido, la (energía) termosolar es un avance”. Avance, calificó Amezcua, tanto en transición como en justicia energética.  

Relación de sitios con suelos contaminados y remediados en Baja California Sur (2021-2025). FUENTE: Sitios con Suelos Contaminados y Remediados, Semarnat.

Transición limpia y justa

Jaqueline Valenzuela coincidió con Amezcua, al señalar que este tipo de centrales es importante para Baja California Sur porque sería el inicio de una transición hacia tecnologías menos contaminantes. 

Sin embargo, advirtió que este tipo de torres, al igual que cualquier forma de generación eléctrica, no debería ubicarse cerca de zonas pobladas ni de ecosistemas sensibles.

Y es que, a pesar de no usar combustibles fósiles, se ha documentado que la tecnología de torres termosolares  puede generar una serie de afectaciones ambientales. En el estado de California, en el desierto de Mojave, se ha calculado la muerte promedio de 3,504 de aves al año provocadas por las altas temperaturas de la torre de Ivanpah.

Otro riesgo asociado a los proyectos termosolares es la contaminación de suelos y aguas subterráneas, un tema relevante para un territorio condicionado histórica y geográficamente por estrés hídrico

Al dirigir calor hacía un punto en lo alto de la torre principal, las torres termosolares calientan aceites o sales minerales (por lo general una mezcla de nitrato de sodio y potasio [NaNO₃–KNO₃]) que alcanzan más de 600 grados centígrados. A está temperatura, las sales calientan agua que, en forma de vapor, mueve las turbinas que generan electricidad. 

Tarifas eléctricas en Baja California Sur, la más cara del país. FUENTE: CERCA

Y durante este proceso, señala el investigador experto en hidrogeología ambiental y asociado al Instituto Geológico y Minero de España, Luis Moreno Merino, existen pasos en los que hay riesgo de contaminación del agua. Uno es la fuga de sales, que considera mínimo pues al enfriarse estas se solidifican y retiran de manera mecánica. El otro es la calidad con la que se devuelve el agua a arroyos, ríos o mantos freáticos luego de mezclarse con estas sales y otros aditivos.

Desde el Instituto Geológico y Minero de España, Moreno Merino se dedica a la evaluación de este tipo de proyectos, y señala que es esta agua con aditivos y concentrada en sales minerales lo que hay que controlar para que no se produzca un impacto. 

En España la condición es que, tras ser utilizada, el agua concentrada en sales y aditivos vertida a los mantos, ríos o arroyos debe poder seguir siendo usada para otros usos como, por ejemplo, agua de riego. 

“El límite que se le puso fue decir, ‘pero el agricultor que saca agua para regar tiene que poder seguir sacando agua para regar’… Es muy común que el agua se reutilice dos veces y no se modifica el uso. Se acepta eso y no se acepta tres veces o cuatro o cinco, que es lo que preferirían las centrales, porque para ellos es económicamente más rentable cuanto más veces las reutilicen”, explicó. 

Respecto a los aditivos, el experto indicó que es importante que los utilizados sean biodegradables y no tóxicos. “Cuando una fábrica utiliza agua siempre tiene que añadirle aditivos, por ejemplo, para regular el pH, para que no crezcan microorganismos… Pues todos esos aditivos tienen que ser los necesarios, adecuados y que no sean tóxicos”.

Hace alrededor de 15 años, recordó Moreno, el gobierno español subvencionó la construcción de este tipo de plantas; sin embargo, con el fin de la subvención y el abaratamiento de otras tecnologías (como la solar fotovoltaica), el boom termosolar terminó en aquel país. 

Sin embargo, la posibilidad de almacenar energía por alrededor de 48 horas sin el gran costo que supone la instalación de baterías, hace factible la instalación en sitios como Baja California Sur al brindar una opción y respaldo mucho más manejable al sistema eléctrico aislado de está región. 

“Es que la fotovoltaica se puede almacenar, pero muy caro con baterías. Yo creo que la principal ventaja de la termosolar es que el almacenamiento es más barato”, dijo Moreno. 

En este sentido, el pasado 30 de septiembre el gobernador de Baja California Sur, Víctor Castro Cosío, dio a conocer que, en colaboración con la CFE, el estado se encontraba en la búsqueda de los sitios en los que se ubicarán estos proyectos, adelantando que podrían instalarse en el municipio norteño de Comondú. 

Las características deseadas, informó Castro Cosío, es que sean 400 hectáreas en un sitio con baja incidencia de huracanes y tormentas, así como cercanos a las líneas de transmisión ya existentes.

Cocina de una vivienda del pueblo pesquero San Juanico, Comondú. Foto: CERCA

“Creo que tiene todo el sentido. Es un lugar que ha sido explotado de forma industrial por la agricultura, pero que ahora podemos pensar en otro modelo de generar diversos beneficios a las poblaciones”, opinó a este respecto Jaqueline Valenzuela. 

Teniendo correctas evaluaciones de impacto ambiental y social, añadió, estos proyectos vendrían a insertarse de manera positiva a la matriz energética que, desde 1979, se ha mantenido prácticamente sin cambios. 

Comondú, añade Valenzuela, tiene otra particularidad. Desde este municipio también operan dos pequeñas centrales de energía renovable: una central de geotermia que aprovecha el movimiento geotérmico y de vapor del volcán Las Tres Vírgenes, y una pequeña central fotovoltaica de 1MW.

Son sistemas “muy pequeñitos”, pero que junto a las torres termosolares planteadas por el Gobierno Federal abonarían a la intención del CERCA y de diversos sectores sociales con los que trabaja este organismo, de que su estado sea el laboratorio de energías renovables’ que México necesita de forma urgente en un contexto de crisis climática”.

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