Maximiliano Manzoni (Consenso / Climate Tracker) y Andrés Bermúdez Liévano (CLIP)
En los últimos dos años despertó el sueño del litio en Paraguay. Entre el final del gobierno del presidente Mario Abdo y el inicio del de su sucesor, Santiago Peña, los intereses mineros del país convirtieron en nuevo sujeto de deseo al Gran Chaco, el segundo mayor bosque de Sudamérica y también uno de los biomas con mayor nivel de deforestación del planeta.
Entre vuelos de prospección en helicóptero, el viceministro de Minas y Energía, Mauricio Bejarano, afirmó que los esfuerzos “no solo abren oportunidades económicas en el sector minero, sino que también nos brindan información vital para la gestión de nuestros recursos naturales”.
Ese anhelo consiste en expandir el llamado ‘triángulo del litio’ que alberga los mayores recursos del mineral en el mundo, cuyas esquinas están en Chile y en los vecinos países de Bolivia y Argentina. La idea del gobierno paraguayo pareciera ser ‘jalar’ uno de esos ángulos de modo que el triángulo abarque también la porción paraguaya del Chaco, donde se cree que también podría haber litio.
El principal soñador es Chaco Minerals, que se presenta a sí misma como un holding de cinco empresas mineras que están haciendo prospección en esa región. “Nuestro gran desafío es que ese triángulo tenga otra forma y a eso apuntamos”, dijo uno de sus directivos, Wilmar Bartel, en un congreso energético en Asunción en abril de 2024.
Con mucho entusiasmo, Chaco Minerals está buscando nuevos inversionistas. “Imagine una oportunidad tan significativa que podría redefinir la generación de riqueza en el sector minero. Estamos hablando de un salar de litio dos veces más grande que el mayor yacimiento conocido del mundo, que está a punto de ofrecer rendimientos sin precedentes”, dice en su página web diseñada para atraer socios, lanzada en octubre de este año.
Aunque el viceministro Bejarano anunció que otras empresas están interesadas en la prospección de litio en el Chaco y otra compañía llamada Rich Minerals también hizo una solicitud de prospección recientemente, la mayoría de las que hasta ahora han presentado solicitudes al Viceministerio de Minas y Energía y obtenido licencias ante el Ministerio del Ambiente forman parte del mismo conglomerado empresarial.
Pese al apoyo del gobierno a sus actividades y las extensas áreas de prospección que le habilitó el Estado paraguayo desde 2023, es más bien poco lo que se sabe sobre Chaco Minerals. Lista un domicilio físico en Canadá y varias de sus presentaciones corporativas incluyen referencias que sugieren que cotiza en la bolsa de valores allí, donde lo hacen la mayoría de empresas mineras dedicadas a la exploración (o juniors) en el mundo. No obstante, hasta donde pudo comprobar este equipo periodístico, su nombre no figura ni en el portal Sedar+ de la bolsa de valores de Canadá, ni en los buscadores de registros comerciales de ese país, ni en el directorio público de organizaciones registradas en la provincia de British Columbia. La empresa no respondió solicitudes de información sobre su registro y sus accionistas.
También ha sido una de las tempranas beneficiarias del revolcón al modelo de gestión de conflictos de interés que impulsó el gobierno de Peña y aprobó el Congreso en 2024. Uno de esos cambios fue que ya no se exige a los funcionarios públicos que ocupen altos cargos que se abstengan de trabajar en el sector que anteriormente regulaban o supervisaban durante un periodo de tiempo.
La hoy directora de recursos de Chaco Minerals, Mónica Urbieta, fue durante cinco años directora de recursos minerales del gobierno de Paraguay, cargo que ocupó hasta menos de un año antes de sumarse a la minera. Esa puerta giratoria fue posible porque en diciembre de 2023 el Congreso paraguayo aprobó una modificación a la ley de prevención de conflictos de interés que eliminó el periodo de incompatibilidad de un año.
Estos son los hallazgos de una investigación periodística hecha por Consenso, Climate Tracker y el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), en el marco del proyecto Litio en conflicto que reunió a diez medios de la región para entender algunos de los conflictos que rodean a la industria del litio en América Latina.
El sueño chaqueño de Chaco Minerals
La presentación de Chaco Minerals para potenciales inversionistas, disponible en su página web y diseñada en la paleta de colores azules y verdes de su logo, anuncia con audacia la llegada inminente del “próximo gran distrito de litio de Sudamérica”.
En su interior, la empresa que dice tener su oficina en Vancouver subraya muchas de las bondades que podría tener un proyecto de extracción de litio allí. “La geología no se detiene en las fronteras”, dice, explicando que “en base a exploraciones y prospecciones preliminares, la empresa cree que la cuenca del Chaco contiene numerosos sistemas de salmuera superficiales y profundos”.
De hecho, la minera afirma que el área donde está buscando litio tiene “potencialmente el doble del tamaño del famoso Salar de Uyuni en Bolivia y es significativamente más grande que los tres principales salares de litio de Argentina juntos”.
Eso significaría que el Chaco podría tener el “potencial para convertirse en la próxima gran región productora de litio”, una promesa con implicaciones globales ya que es el mineral usado para fabricar las baterías con que funcionan los vehículos eléctricos esenciales para alejarnos de los combustibles fósiles que hoy todavía mueven gran parte del transporte mundial. También se está empleando cada vez más en baterías que permiten almacenar a gran escala la energía producida por fuentes renovables como el sol o el viento, de modo que no esté disponible únicamente cuando está soleado o soplando. El transporte y la generación de energía eléctrica son los sectores que más emisiones de gases de efecto invernadero producen en el planeta.
Esa demanda es la que le ha valido la designación como “mineral crítico”, que trasluce no solo su rol central en la transición energética global, sino también en las disputas geopolíticas y ambientales que se vienen acentuando en años recientes.
Ese trabajo de exploración de la minera, explica la presentación corporativa fechada en la primavera de 2024, se está llevando a cabo en “concesiones insignia de litio [que] abarcan dos millones de hectáreas en la cuenca del Chaco” y que, por cuenta de su carácter provincial, “podría recibir un importante apoyo gubernamental”. A eso se suma que Paraguay es, como afirma la página web para inversionistas, “una jurisdicción minera extremadamente estable con una economía superlativa: sin controles monetarios, impuestos bajos y zonas de libre comercio”.
Por esto, Chaco Minerals habla de una inversión de 30 millones de dólares para buscar litio usando los mapas de la anterior exploración fallida de hidrocarburos en el Chaco, pagando entre tanto un canon de medio dólar por hectárea al Estado paraguayo en derechos de prospección.
El retorno económico, dice Chaco Minerals, podría ser extraordinario. “Incluso solo cinco perforaciones exitosas podrían generar una valoración superior a los mil millones de dólares en tan solo 9-10 meses”, ofrece a sus potenciales inversionistas. Por todo esto, concluye, “la oportunidad de Chaco Minerals es única, no solo por su escala, sino también por su perfil de riesgo”.
Sin noticias en Canadá
Chaco Minerals, que se describe como una “empresa de exploración que posee una cartera de activos ubicados en el emergente distrito de litio de Paraguay”, no incluye ninguna información en su página web sobre dónde está constituida. Tampoco lo hace en sus presentaciones o sus redes sociales. Solo publica una dirección física en el distrito financiero de la ciudad canadiense de Vancouver.
Las conexiones canadienses de la minera son citadas con frecuencia en Paraguay. El viceministro Bejarano describió a Chaco Minerals como “un holding de empresas paraguayo-canadiense [que] ya inyectó USD 30 millones en esta primera etapa”. El geólogo Wilmar Bartel, gerente técnico de la empresa, habló de que “los inversionistas son un grupo canadiense, con sede en Canadá” y de un “holding [que] se compone de cinco empresas”. El diario La Nación lo llama un “consorcio paraguayo-canadiense” y ABC Color como un “holding” conformado por cinco empresas, a las que también está asociada una sexta llamada Valdor Technologies de Canadá.
Pese a esas referencias, no hay indicios claros de su registro en Canadá. Una búsqueda en el registro de ‘empresas federales’ no arroja ningún resultado, como tampoco una en el Canada’s Business Registries, el portal oficial que agrega información de los registros comerciales de las distintas provincias del país federal. Tampoco aparece en Orgbook BC, el directorio público de organizaciones registradas en la provincia de British Columbia donde está Vancouver.
Además, aparecen en su presentación corporativa, en la esquina superior derecha de su portada, dos siglas separadas por dos puntos: CSE y LIPY. Ambas se repiten en la esquina inferior izquierda de la mitad de las diapositivas que le siguen.
La primera sigla, CSE, corresponde al Canadian Securities Exchange o bolsa de valores de Canadá, ubicada en Toronto y con una sede alterna en Vancouver, donde históricamente ha cotizado gran parte de las empresas del sector minero en el mundo. Entre ellas muchas de las llamadas ‘juniors’, que se especializan en exploración minera y son las que con frecuencia identifican yacimientos técnica y económicamente viables, para luego estructurar los proyectos, obtener los permisos necesarios y vendérselos a mineras más grandes que están mejor posicionadas para explotarlos.
La segunda, LIPY, sigue la fórmula de siglas que eligen las empresas al entrar a cotizar en bolsa: en este caso juntando el símbolo químico del litio (Li) con la abreviatura internacional de Paraguay (Py). Las siguientes diapositivas añaden un asterisco al lado de la sigla y la nota de que está “reservado”.
Esa información sugiere que Chaco Minerals está presente en la bolsa de Toronto o prepara su entrada en ella.
Otros documentos corporativos de la empresa refuerzan esa idea. Dos presentaciones corporativas similares fechadas el 3 de marzo 2024 y 18 de diciembre de 2023, que no están disponibles en el sitio web de Chaco Minerals pero cuyos nombres de archivo figuran en el código html de la página de la empresa, incluyen también referencias a la bolsa de valores en Canadá. Solo que al lado del símbolo bursátil LIPY, no añaden el asterisco de ‘reservado’.
En esas dos presentaciones, la diapositiva de ‘términos y condiciones’ -que suele contener los descargos de responsabilidad de las empresas- incluye un último párrafo que no aparece en la presentación hoy disponible en el sitio web de la minera. En éste, explica que la información científica y técnica contenida en la presentación fue revisada y aprobada por el geólogo Gustavo Delendatti y que parte de ella fue extraída de un informe técnico preparado en febrero de 2023 por el propio Delendatti. Según la diapositiva, ese informe -titulado ‘NI 43-101 Independent Technical Report for Chaco Lithium Project, Chaco – Paraguay’- “está disponible en la ficha SEDAR+ de la compañía en www.sedarplus.ca”.
Se trata de un documento corporativo que todos los proyectos mineros elaboran y que es obligatorio para las empresas mineras en la bolsa de Canadá, que le llaman “National Instrument 43-101” o ‘Norma de divulgación para proyectos mineros’.
Pese a estas referencias a la bolsa de valores de Canadá y a su portal informativo, allí no parecen tener noticias de la empresa. En el portal de la CSE, la búsqueda de LIPY no arroja ningún resultado. La plataforma Sedar+ no contiene tampoco ninguna ficha para Chaco Minerals.
Esto fue confirmado por la directora de desarrollo de cotizaciones en bolsa para el oeste de Canadá de CSE, Anna Serin, tras ser consultada por esta alianza periodística sobre Chaco Minerals y la sigla LIPY. “En este momento no son una empresa que cotiza en la CSE”, respondió Serin por correo electrónico en junio de 2025. “Veo que indican que está reservado, lo que significa que nos han pagado para reservar un símbolo bursátil, pero no están listados”, dijo. Tras consultar con su departamento de cotizaciones, ratificó que “hubo una solicitud hace años, pero nunca se completó y no se convirtió en una empresa que cotiza en bolsa”. A la pregunta de quién presentó la solicitud y en qué año, Serin respondió que no tenía autorización para compartir esa información.
Una respuesta similar dio el servicio de soporte técnico de Canadian Securities Administrators (CSA), que reúne a todos los reguladores del mercado de valores de las provincias canadienses y que opera la plataforma Sedar+. “Tampoco encontramos una ficha Sedar+ correspondiente a Chaco Minerals”, respondieron por correo electrónico a esta alianza periodística en junio de 2025, añadiendo que “en última instancia, ellos son responsables de sus presentaciones y de cómo demuestran esos hechos al público”.
En últimas, como advierte la nota de cumplimiento normativo al final de su página web para inversionistas, “los valores ofrecidos pueden no ser adecuados para todos los inversionistas. Este sitio web y su contenido no han sido revisados ni aprobados por ninguna autoridad reguladora. Los posibles inversionistas deben realizar su propia debida diligencia y buscar asesoramiento profesional independiente antes de tomar cualquier decisión de inversión”.
Tanto Canadian Securities Exchange como Canadian Securities Administrators sugirieron preguntar a Chaco Minerals.
Esta alianza periodística ha intentado contactar a Chaco Minerals desde el 10 de junio de 2025, cuando envió al correo electrónico que aparece en su página web un primer cuestionario con cuatro preguntas, incluyendo en qué país está registrada como entidad o persona jurídica. El 3 de septiembre se le reiteró la solicitud y el 16 de octubre se le envió un nuevo cuestionario con seis preguntas. La empresa no ha respondido. (Puede leer los cuestionarios aquí).
Las empresas paraguayas y los accionistas del círculo de Chaco Minerals
Mientras las presentaciones a inversionistas en ferias energéticas hacen énfasis en el liderazgo empresarial de Chaco Minerals y la empresa busca 5 millones de dólares canadienses (unos 3,5 millones de dólares estadounidenses) para financiar sus primeras perforaciones en el Chaco, en Paraguay las que más suenan son las cinco empresas que están debajo suyo.
Son esas cinco sociedades anónimas -Minera Atenea, Chaco Lithium, Roca Lithium, Paraguay Lithium y Guaraní Lithium- las que han hecho 26 solicitudes de prospección al Viceministerio de Minas y Energía por 1.935.519 hectáreas en el Chaco paraguayo desde 2023 a septiembre de 2025, según un análisis hecho por Consenso de los datos públicos del Catastro Minero. Es una superficie más de 7 veces mayor al tamaño de la capital del país, Asunción, y toda su área metropolitana.
Detrás de las cinco sociedades anónimas se repiten los nombres de los mismos cuatro accionistas: Christian Alexander Hirtz Naundorff, Wilmar Bartel Hildebrandt, Fernando Javier Díaz Mallorquín y Rodrigo Díaz Mallorquín, según consta en las declaraciones juradas de estas empresas ante el Ministerio de Economía y Finanzas de Paraguay a junio de 2025.
Tres de ellos han ocupado cargos directivos en Chaco Minerals también.
Rodrigo Díaz Mallorquín, un ingeniero civil que lideró la empresa constructora RDM Ingeniería y que es proveedor de distintos servicios para el Estado paraguayo, que van desde la instalación de Internet en zonas rurales hasta pavimentado de calles, ha sido el gerente general de la minera matriz. Figura como representante legal de todas las licencias ambientales de las prospecciones de litio de las empresas de Chaco Minerals ante el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES) y fue uno de los anfitriones del viceministro Bejarano en su visita al Chaco, en la que le mostraron su modelo de prospección de litio mediante un método que llaman magneto telúrico aéreo. Figura como accionista de las cinco compañías, con una participación que varía entre el 15,5 y el 16,5%.
Wilmar Bartel Hildebrandt, quien ha sido gerente técnico de Chaco Minerals, es un geólogo que fue asesor del Viceministerio de Minas y Energía en 2013 y que -según su perfil en la red social profesional LinkedIn- trabajó en empresas mineras como Vane Minerals, que en 2007 anunció prospecciones de oro pero no tuvo mayor éxito, y Morrison Mining Company, una de las empresas que buscó hidrocarburos en la misma zona donde hoy se busca litio. También aparece como propietario de Geomeister, una empresa especializada en la perforación de pozos subterráneos de agua. Bartel, quien tuvo una breve carrera política como candidato a gobernador del departamento de Boquerón en el Chaco paraguayo por el opositor Partido Liberal en las elecciones de 2018, posee la tercera parte de las acciones de las cinco mineras paraguayas.
También, como contó en el foro de gas y energía de Asunción, provee una oficina a Chaco Minerals en su casa en el Chaco. “Tenemos una oficina en Filadelfia. Yo soy chaqueño, soy de Filadelfia y esa es mi casa. Realmente trabajo en mi casa, para decirlo de una manera”, contó, mientras mostraba una foto de ella durante su presentación.
El tercero es Christian Alexander Hirtz Naundorff, un geólogo ecuatoriano que estuvo involucrado con distintas empresas mineras en Paraguay desde al menos 2007, cuando era mencionado como accionista principal de Transandes Paraguay, que buscaba uranio en el país. Al mismo tiempo, en Ecuador es reconocido por haber sido fundador del Jardín Botánico de Quito y por su trabajo en investigación de flora. Hirtz aparece como propietario de la tercera parte de las acciones de las cinco empresas de Chaco Minerals.
Hirtz sigue apareciendo como accionista mayoritario en las declaraciones juradas de las mineras en 2025, pese a que reportes de prensa en Ecuador indican que falleció en julio de 2024.
Además de ellos, figura como accionista Fernando Díaz Mallorquín, dueño de la constructora y consultora Noesis. Una nota del diario Última Hora afirma que dicha empresa concentra gran número de contrataciones directas para construir viviendas sociales bajo el gobierno de Santiago Peña.
Hay una séptima empresa minera con prospecciones de litio en Paraguay, llamada Valquiria Exploration, que aparece conectada a algunas de las demás. Oficialmente no es parte del holding pero comparte representante -Rodrigo Díaz Mallorquín-, inversionistas -los mismas cuatro accionistas de las cinco empresas asociadas a Chaco Minerals- y hasta el consultor ambiental que presentó los pedidos de licencias ante el Ministerio del Ambiente, un ingeniero llamado Juan Carlos Weseluk.
Una de las 18 solicitudes de prospección de Valquiria aprobadas por el Viceministerio de Minas, develó una investigación publicada por Consenso en junio de 2024, coincide con las tierras de los Ayoreo Totobiegosode, que viven en el Chaco paraguayo y son considerados el último pueblo indígena en aislamiento voluntario en Sudamérica por fuera de la Amazonia.
Ese pedido de autorización para buscar litio se encontraba en medio de la propiedad indígena protegida por una medida cautelar de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de 2016. Tras los hallazgos de esa investigación periodística, el Ministerio del Ambiente inició una revisión de las licencias que constató “nuevos elementos no previstos en la declaración anterior (de licencia ambiental)” y terminó en la revocación del permiso ambiental de esa prospección minera a comienzos de 2025
Una de esas empresas asociadas a Chaco Minerals también estuvo asociada a una minera canadiense llamada Valdor Technology International Inc., de Vancouver y que cotiza en la bolsa de valores de Toronto. Según un documento presentado a la bolsa de valores, Valdor Technology firmó un acuerdo de compra en julio de 2023 de la empresa canadiense 1000175307 Ontario Ltd., que tenía a su vez una opción de compra de la paraguaya Minera Atenea S.A. y, a través de ésta, “una opción de comprarle una participación del 80% en determinados derechos mineros ubicados en Paraguay”. No es claro si esta opción de compra continúa vigente, aunque Valdor no figura en declaraciones juradas de Minera Atenea ante el Ministerio de Economía y Finanzas hechas en junio de 2023, junio de 2024 y junio de 2025, obtenidas mediante un pedido de información pública.
Valdor es, según ABC Color, una empresa asociada al holding de Chaco Minerals. Esta alianza periodística no encontró evidencia de una relación similar de Valdor con las demás sociedades anónimas conectadas a Chaco Minerals.
Esta alianza periodística preguntó en tres ocasiones a Chaco Minerals por correo electrónico, en junio 10, septiembre 3 y octubre 16 de 2025, quiénes son sus mayores accionistas o inversionistas, así como cuál es su relación con las cinco mineras registradas en Paraguay, si son subsidiarias, joint ventures o asociaciones temporales. También escribió a Rodrigo
Díaz Mallorquín y Wilmar Bartel por LinkedIn. Al momento de publicación ninguno ha respondido.
La puerta giratoria entre Chaco Minerals y el gobierno paraguayo
En el equipo directivo de Chaco Minerals, aparte de sus tres accionistas, figura una ex alta funcionaria del Estado paraguayo: la geóloga Mónica Urbieta Sanabria, quien -como reveló otra investigación de Consenso publicada en noviembre de 2024- fue la directora de recursos minerales del Viceministerio de Minas y Energía entre agosto de 2018 y agosto de 2023, durante todo el gobierno de Mario Abdo.
Urbieta ahora es parte de Chaco Minerals con un cargo de nombre similar de directora de recursos y que ocupa al menos desde mayo de 2024. Una presentación corporativa de Chaco Minerals, fechada en otoño de 2023, ya la citaba como parte de la empresa.
La geóloga fue funcionaria pública del Ministerio de Obras Públicas, del cual depende el Viceministerio de Minas y Energías, hasta agosto de 2023, según confirma el portal de datos abiertos de la Secretaría de la Función Pública. Urbieta ocupó la dirección de recursos minerales desde al menos noviembre de 2018, según consta en documentos públicos firmados por ella.
Urbieta pudo llegar a Chaco Minerals porque, en diciembre de 2023, el Congreso paraguayo realizó un cambio a la ley que busca evitar los conflictos de interés, que el presidente Peña luego promulgó en enero de 2024.
La ley original de prevención y sanción de conflictos de intereses en la función pública –que estaba vigente cuando Urbieta salió del gobierno en agosto de 2023– estipulaba que los funcionarios públicos tenían prohibido hasta dentro de año después de su salida de la función pública “prestar servicios, en relación de dependencia, asesoramiento y cualquier otro, a las personas físicas o jurídicas que estuvieron sujetas a la inspección, vigilancia, control o regulación del Organismo o Entidad del Estado o municipalidad al que haya estado vinculado, siempre que el funcionario haya tenido una intervención determinante en cuestiones relacionadas a dichas personas”. La norma también les impedía “representar, patrocinar o efectuar gestiones administrativas para terceros ante el organismo en el que ejercieron funciones” y “ser accionistas, cuotapartistas o participar de cualquier forma en empresas o sociedades sobre las que hubiese ejercido sus competencias”.
Esa suma de controles es lo que en el sector público se suele llamar ‘períodos de reflexión’ o ‘de incompatibilidad’ (o ‘cooling off period’ en inglés).
Sin embargo, el Congreso paraguayo derogó la totalidad del artículo 24 que establecía las “limitaciones al egreso de la función pública”.
La desaparición de las incompatibilidades allanaron el camino para que Urbieta llegara en 2024 a la dirección de recursos de la empresa que se presenta como un holding de varias de las mineras que ella antes debía supervisar. Lo hizo al menos nueve meses después de dejar el cargo en el gobierno.
La Dirección de Recursos Minerales de la cual estuvo a cargo Urbieta durante casi cinco años, bajo las órdenes de los viceministros Celso Nazario Velázquez y Carlos Zaldivar Villalba, tiene responsabilidad directa sobre la industria minera: es la que está a cargo de la “autorización para realizar actividades de prospección, exploración y explotación de minerales”, como confirma el Portal Único de Gobierno que funciona como ventanilla única de acceso ciudadano a toda la información, servicios y trámites ofrecidos por las instituciones del Estado Paraguayo. Asimismo, según la ley minera de 2012, el Registro de Minas “dependerá de la Dirección de Recursos Minerales del Viceministerio de Minas y Energía”.
De hecho, el formulario de solicitud minera que presentan las empresas para poder prospectar o explorar lo presentan a la dirección de recursos minerales.
Por ejemplo, el Viceministerio aprobó el 10 de julio de 2023 una solicitud presentada por Chaco Lithium, como referencia el documento público de licencia ambiental concedida por el Ministerio de Ambiente. De acuerdo a lo referido en sus licencias ambientales, Minera Atenea obtuvo cuatro aprobaciones similares del Viceministerio el 3 de junio de 2023. Y Paraguay Lithium obtuvo su aprobación el 4 de agosto de ese mismo año.
Previo a la publicación de este reportaje, esta alianza periodística intentó contactar a Mónica Urbieta vía llamada telefónica en cuatro ocasiones entre el 6 y el 13 de octubre de 2025 para preguntarle sobre su ingreso a Chaco Minerals y su posible conflicto de interés. La exdirectora de recursos minerales del gobierno paraguayo no respondió hasta el momento de publicación.
Chaco Minerals tampoco respondió si Urbieta participó de alguna manera en la evaluación de las solicitudes de prospección presentadas por las empresas del grupo al Viceministerio.
Litio en el Chaco
Este reciente aumento de las solicitudes de prospección en el Chaco forma parte de lo que la investigadora estadounidense Thea Riofrancos denomina la “expansión de las fronteras extractivas” en su libro recién publicado Extraction: the frontiers of green capitalism sobre el auge mundial del litio.
El Chaco al que busca expandir esa búsqueda es un bioma sensible con gran diversidad ambiental y social, como territorio de pueblos indígenas como los Nivaclé, los Yshir y los Guaraní Ñandeva, además de los Ayoreo en aislamiento voluntario, y hogar de especies amenazadas o casi amenazadas como el jaguar, el pecarí quimilero, el armadillo gigante y el tapir.
Los científicos han advertido que el Chaco ya tiene amenazada su capacidad de almacenar carbono, de retener agua y de canalizar la lluvia que viene desde la Amazonia como humedad atmosférica (los llamados ríos voladores) por cuenta de la acelerada deforestación, la ampliación de la frontera agropecuaria y otros cambios en el uso del suelo, como el que podría traer la minería.
El litio podría por eso generar, como escribe la profesora de Providence College, que “la acción climática global termine entrando en conflicto con la protección ambiental local”.
En esa región Chaco Minerals está prometiendo a inversionistas un posible rendimiento de “mil millones de dólares en tan solo 9 a 10 meses” con cinco perforaciones exitosas en un país al que describe como teniendo “una legislación extremadamente estable para la minería”, aunque advierte que “toda inversión implica un riesgo sustancial y la posibilidad de pérdidas” y que “el valor de las inversiones puede tanto subir como bajar y los inversionistas pueden perder todo o parte del capital invertido”. Todo esto mientras no es claro siquiera en qué país está registrada.
Litio en Conflicto es un proyecto liderado por el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP) en alianza con Consenso (Paraguay), La Región (Bolivia), Quinto Elemento Lab (México), Repórter Brasil (Brasil), Ruido (Argentina), Climate Tracker Latam, Dialogue Earth, Mongabay Latam y Columbia Journalism Investigations (CJI), sobre cómo está funcionando la industria del litio en América Latina. Con el apoyo del equipo legal El Veinte.
