Perú fue uno de los primeros países de la región en implementar políticas para insertar Energías Renovables No Convencionales (ERNC) en su matriz energética. La norma para promocionar este tipo de inversiones tiene más de 15 años, sin embargo, en 2023 la participación conjunta de la fuente solar y eólica en la producción de energía apenas alcanzó el 5,67%, según estadísticas del Comité de Operación Económica del Sistema Interconectado Nacional (COES).
En contraposición a la poca participación de energías limpias para la producción de electricidad, el incremento de uso del gas natural para este fin provocó que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) crecieran de forma sostenida en el período 2008 – 2022, de acuerdo con la última publicación del Balance Nacional de Energía. Según el informe, en este mismo lapso, la presencia del óxido nitroso (N2O) aumentó de 0,10 a 0,14 millones de kilogramos al año, principalmente por la combustión del combustible fósil para la generación eléctrica.
El pasado 12 de diciembre de 2024, tras nueve horas de debate en el Congreso, se aprobó el proyecto de Ley 04565 que pretende aumentar la participación de las ERNC. En concreto, se trata de una modificación de la Ley para Asegurar el Desarrollo Eficiente de la Generación Eléctrica (28832). Roberto Tamayo Pereyra, ex director general de Electricidad del Ministerio de Energía y Minas (Minem) indicó que la norma “incentiva una mayor competencia”, lo que a su vez generará más beneficio a los usuarios.
La ley aprobada permite a las generadoras solares y eólicas vender su producción al sistema por bloques separados de energía y potencia. Es un objetivo de la norma contribuir al establecimiento del 20% de energías renovables en la matriz para 2030, conforme con lo establecido en la declaración de interés nacional de la emergencia climática del año 2022.
Sin embargo, la ambición de incrementar en 14% la participación de ERNC en la generación eléctrica no va acompañada del establecimiento de un marco jurídico que desarrolle las tecnologías y prestaciones necesarias para su crecimiento. Es el caso de la definición de almacenamiento eléctrico. Cuando la ley para incrementar las energías limpias fue planteada incluía este aspecto, pero tras diversas modificaciones del cuerpo de la norma, fue suprimido.
El almacenamiento y su importancia para las ERNC
El viento y el sol son fuentes de energía que no se encuentran disponibles de forma constante y dependen del clima. Los paneles solares no funcionan durante la noche y los aerogeneradores necesitan viento para girar sus palas. El almacenamiento permite guardar el excedente de energía de estos sistemas y utilizarlo cuando se necesite. Las soluciones de almacenamiento han surgido ante la intermitencia de las ERNC; las baterías de litio, aire comprimido y almacenamiento térmico son algunas de ellas.
Cuando una matriz tiene una elevada participación de energías renovables no convencionales, la falta de almacenamiento y líneas de transmisión puede provocar pérdidas, conocidas como vertimientos. Se producen cuando la energía generada por las centrales es mayor de la que se puede aprovechar en el sistema, lo que desencadena la pérdida de esta energía.
En Chile, país con un alto desarrollo de ERNC, los vertimientos ocurridos en agosto de 2023 aumentaron un 90% con respecto al año anterior, según Generadoras de Chile. Especialistas consultados por Clime Tracker indicaron en una cobertura previa que las iniciativas que aumentan el almacenamiento de energía son parte de la solución a estas pérdidas.
El informe “Incorporación de almacenamiento de energía en los sistemas eléctricos”, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo, indica que esta tecnología juega un papel fundamental para impulsar la transición hacia fuentes de energía más limpias, mejorar la resiliencia de la red eléctrica y proporcionar acceso a la energía en áreas remotas. Sin embargo, la normativa nacional con respecto al almacenamiento es nula.
En ese sentido, Tamayo señaló que en el país no existe ninguna norma que defina qué es el almacenamiento eléctrico. Antes de su modificación en el Congreso peruano, el proyecto de Ley 04565 lo definía como el equipamiento tecnológico capaz de retirar energía desde el sistema eléctrico, transformarla en otro tipo de energía y almacenarla para inyectarla nuevamente al sistema.
La supresión del concepto de almacenamiento fue solicitada por el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin) y el COES. Ambas instituciones señalaron al Congreso que la implementación de estas tecnologías podría aumentar los costos de la tarifa eléctrica.
Al ser consultado por este argumento, Brendan Oviedo, presidente de la Asociación Peruana de Energías Renovables, indicó que actualmente se está empleando diésel, gas natural importado y carbón para dar solución a las intermitencias, que resultan más caros que los sistemas de almacenamiento.
Espacios grises en el uso del almacenamiento
José Carlos Ugaz Peña, investigador de energías renovables, explica que, a escala global se está dando un auge comercial de sistemas de almacenamiento de energía en baterías — conocidas como BESS (Battery Energy Storage Systems) — impulsado por la adopción de energías renovables. Sin embargo, en el panorama local no se da esta relación.
“Lo que hay en Perú es totalmente distinto. Se tienen sistemas muy grandes de baterías asociados a empresas de generación no renovable, básicamente destinados a la regulación primaria de frecuencia”, detalla el especialista. El mayor sistema BESS del país está ubicado en las instalaciones de la Central Termoeléctrica Chilca Uno y cuenta con una potencia instalada de 26.5 megavatios (MW).
Entonces, ¿cómo se instalan sistemas de almacenamiento si aún no se reglamentó su definición? La respuesta está en algunas normas de menor rango que hablan vagamente sobre el almacenamiento.
En el caso de las centrales de energías no renovables, la norma que permite el uso de baterías es el procedimiento técnico número 21. Sirve para definir las formas de regulación de frecuencia.
“La frecuencia es el equilibrio entre la oferta y demanda de energía en el sistema. Si hay más generación que consumo, se va a dar un exceso de energía en la red”, explica Ugaz. Las centrales térmicas usan así los sistemas de almacenamiento para regular la mayor o menor oferta de energía al sistema.
Sin embargo, en el caso de las centrales de ERNC, en particular las solares, no hay incentivos para que adopten los sistemas de almacenamiento porque están excluidas de la regulación de frecuencia. El Servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles, informó que solo la central térmica de Ventanilla había solicitado una certificación ambiental para proyectos de almacenamiento de energía.
La industria minera también está dando uso a sistemas de almacenamiento en sus operaciones. En enero pasado, la minera Poderosa instaló un sistema BESS para reducir el consumo de electricidad de la red nacional y petróleo en horas punta. Otro uso de baterías se da en los sistemas aislados destinados a la electrificación rural.
La falta de normativa sobre el almacenamiento energético puede generar informalidad en el uso de baterías u otros sistemas de almacenaje que ya se están usando en el país.
Poco uso de almacenamiento en ERNC
Tamayo considera que una de las razones por las que el almacenamiento no se ha desarrollado para el uso de energías limpias tiene que ver con el costo de producción. Explica que el gas natural, extraído de Camisea, tiene precios muy baratos, por lo que los costos marginales de esta energía son competitivos. Si bien los costos de tecnologías limpias han ido mejorando, los sistemas de baterías a base de litio aún no pueden competir con el gas, mencionó.
Ugaz considera que no se están dando los incentivos y normativa necesaria para aumentar el uso de tecnologías de almacenamiento para ERNC. “No existe marco legal para la generación distribuida, que es el esquema bajo el cual se ha incentivado la masificación de la generación renovable en todos los países donde esta ha tenido un aumento significativo, desde Chile hasta Estados Unidos”.
La generación distribuida permite que los usuarios generen energía eléctrica en mediana y pequeña escala para conectarla a las fuentes de distribución de forma directa. Por lo general, se utilizan fuentes de energía renovable para su implementación.
Si bien la Política Energética Nacional para el periodo 2010-2040, estableció como uno de sus lineamientos el uso eficiente de la generación distribuida, ha quedado pendiente la publicación de su reglamento, para hacerlo efectivo. En 24 años no se ha regulado esta normativa.
“Creo que lo que falta en Perú es un debate serio de carácter estratégico sobre la proyección del sistema eléctrico”, concluye Ugaz.