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Con compromisos climáticos claros y el reto del financiamiento: así va República Dominicana a la COP27

Muchos coinciden en que República Dominicana ha avanzado en la implementación de medidas de mitigación y adaptación al cambio climático. Sin embargo, el país caribeño mira hacia la COP27 con una serie de desafíos a cuestas, que van desde la protección de ecosistemas hasta el financiamiento de la acción climática.

República Dominicana en la COP27

Desde el 2015, cuando se firmó el icónico Acuerdo de París, República Dominicana ha fortalecido sus compromisos climáticos y, aunque aún tiene muchos retos por delante, ha comenzado a avanzar en su implementación.                

Ahora el país posee una Contribución Nacionalmente Determinada (NDC) y planes de acción sólidos y bien estructurados, afirma el vicepresidente ejecutivo del Consejo Nacional para el Cambio Climático y Mecanismo de Desarrollo Limpio (CNCCMDL), Max Puig.

El consultor ambiental Omar Ramírez Tejada, quien en el 2015 encabezaba el CNCCMDL y participó en la elaboración de la primera NDC, coincide con Puig. En su opinión, ahora República Dominicana tiene “un compromiso mucho más fuerte y vinculante que el anterior”.

Foto: Pixabay

En materia de generación eléctrica, las medidas incluyen la expansión de las energías renovables, que hasta el 2021 representaban el 13.5% de la matriz energética y el Estado dominicano tiene la meta de que ocupen el 25% en el 2025.

En su discurso de rendición de cuentas del 16 de agosto el presidente de la República, Luis Abinader, destacó que el gobierno ha autorizado la ejecución de 12 proyectos de energías renovables que estarán listos a finales del 2023.

El país también contempla, entre otras acciones, construir más pequeñas centrales hidroeléctricas y ampliar la generación eléctrica en base a gas natural. Este último punto es controversial porque, a pesar de que es un combustible fósil menos contaminante que otros, su contribución a la mitigación de emisiones no es tan efectiva.

En cuanto a la eficiencia energética, las medidas incluyen, por citar algunas, la implementación de sistemas de iluminación y de acondicionadores de aire más eficientes. Y respecto al transporte se contempla cambiar los autobuses de diésel por unidades 100% eléctricas, construir nuevas líneas del metro y teleférico, entre otras. Cabe destacar que en este último sector varios proyectos ya están en ejecución.

Para la mitigación de las emisiones en el sector energía también se han identificado cuatro opciones en el sector de uso de productos y procesos industriales, 10 para los sectores de agricultura, silvicultura y otros usos del suelo y cinco para el sector desechos.

Con la implementación de todas las alternativas identificadas en el sector de energía, República Dominicana lograría reducir 17.62 % sus emisiones, es decir, que casi alcanzaría su meta, que es 27 %, pero solo para ello necesita más de 6,816 millones de dólares, según consta en la NDC.

Avances en la implementación

Los especialistas consultados para este artículo coinciden en que República Dominicana ha avanzado en la implementación de medidas de mitigación y adaptación al cambio climático y consideran que el país está en capacidad de alcanzar sus metas.                

“Entiendo que se puede lograr un avance significativo en los compromisos asumidos. Para ello es necesario profundizar el nivel de sensibilización de toda la sociedad sobre las medidas”, opina Catherin Cattafesta, experta en adaptación al cambio climático de la organización The Nature Conservancy.     

El especialista en Cambio Climático del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), basado en República Dominicana, Benoit Lefevre, considera que República Dominicana se está dotando de herramientas transversales claves para la acción climática.

Foto: Pixabay

El experto destaca que este es el primer país de América Latina y el Caribe que posee un clasificador presupuestal para cuantificar, priorizar y mejorar la eficiencia el gasto público en cambio climático, y que es uno de los dos países de la región que actualmente está haciendo una estimación del costo social del carbono, que posiblemente estará lista para finales de este 2022.                         

“Todos estos avances estructurales, en adición a las inversiones resilientes y bajas en carbono del gobierno y del sector privado, dan confianza sobre la capacidad de la República Dominicana en alcanzar sus metas de adaptación como de mitigación”, opina Lefevre.

A nivel general, agrega el experto, el país está en camino y en la buena dirección, existe una mayor conciencia y conocimiento de los impactos del cambio climático y las oportunidades de mitigación, tanto a nivel de gobierno como de población en general.

Las acciones que se deben priorizar

A pesar de que el país caribeño ha avanzado – de forma paulatina – en sus compromisos climáticos, los expertos señalan que hay algunos aspectos a los que se les debe prestar mayor atención.

Cattafesta plantea que se debe priorizar la protección y restauración de los ecosistemas, costero-marinos en específico, y tener lo más pronto posible una ley de ordenamiento territorial debidamente implementada, que organice y rija las actividades presentes en diversas zonas, incluyendo los “espacios naturales”.

Esto se debe a que el deterioro de los ecosistemas marinos, como los arrecifes de coral, ha permitido que las olas que provocan los huracanes y tormentas que con frecuencia azotan el país impacten con más fuerza los territorios costeros, lo que afecta de forma directa el turismo, uno de los pilares de la economía dominicana.

Inundaciones por el hucarán Fiona. Foto: Presidencia de la República

Además, Lefevre considera que República Dominicana debe continuar los esfuerzos de revisión de sus procesos nacionales legislativos, de planificación, presupuestarios e inversión pública, monitoreo y evaluación con el fin de promover el aumento de la resiliencia del país y transparentar los esfuerzos para movilizar las inversiones públicas y privadas, externas y domésticas para apoyar el desarrollo socioeconómico sostenible y la acción climática.

También, agrega el experto, se deben acelerar los esfuerzos en sectores importantes para la economía como el manejo de cuencas hídricas, la gestión de residuos sólidos, el desarrollo de ciudades resilientes y la electromovilidad.

Financiamiento: el gran desafío

Para lograr sus compromisos República Dominancia necesita alrededor de 18,000 millones de dólares. Esto es un gran desafío porque la financiación de la acción climática siempre ha sido un tema crítico y más en este momento en que el mundo tiene otras prioridades, como los conflictos bélicos, las crisis económica y sanitaria.          

A partir de ahora, este es un tema crucial porque el plazo establecido para lograr las metas se acerca, los fenómenos naturales impactan el país cada vez con más intensidad y las emisiones de GEI se mantienen en aumento, según evidencian datos del Banco Mundial, disponibles hasta el 2019.                          

“Uno de los principales desafíos es el acceso al financiamiento visible y apropiado para la implementación y los tiempos asociados a la ejecución de muchas de las acciones establecidas”, considera la especialista en Políticas de Cambio Climático, Jeniffer Hanna, quien también ha participado en todo el proceso de elaboración de la NDC en el país.

Foto: Víctor Ramírez

La experta de The Nature Conservancy coincide con Hanna en que acceder a los recursos para implementar las iniciativas (especialmente las de adaptación) es uno de los retos más importantes para República Dominicana.

En materia de adaptación el país ha identificado 37 medidas para siete sectores, que son seguridad hídrica, seguridad alimentaria, salud, ciudades resilientes (infraestructuras, asentamientos humanos), recursos costero-marinos, turismo y ecosistemas, biodiversidad y bosques.

Entre las prioridades se encuentran eficientizar el uso de agua para la producción de alimentos, mejorar las condiciones de los servicios de saneamiento, realizar investigaciones para determinar enfermedades vinculadas al clima, mejorar la planificación urbana y el uso de suelo para garantizar que las infraestructuras sean resilientes al cambio climático, prevenir la contaminación de las costas y playas, restaurar los ecosistemas costeros marinos (manglares, arrecifes, dunas) y fomentar la sostenibilidad ambiental en el sector turístico.

“Uno de los principales desafíos es el acceso al financiamiento visible y apropiado para la implementación y los tiempos asociados a la ejecución de muchas de las acciones establecidas”.

Para adaptación al cambio climático República Dominicana requiere una inversión estimada de 8,715 millones de dólares, sobre todo en los sectores de seguridad hídrica, seguridad alimentaria y ciudades resilientes, según consta en la NDC.                                     

En cuanto al financiamiento, el vicepresidente ejecutivo del CNCCMDL señala que se están dando avances en este sentido. Puig refiere que el país ha hecho algunas gestiones para conseguir recursos, como introducir tres expresiones de interés en Fondos de Inversión Climática (CIF), que de ser aprobadas representarían unos 500 millones de dólares.

Además, República Dominicana y 13 países del Caribe suscribieron este año un acuerdo con el Banco Europeo de Inversiones (BEI) para saneamiento de aguas y limpieza oceánica. Esta iniciativa es importante porque se trata del primer programa de apoyo directo al Plan de Acción de la NDC, destaca el funcionario.

¿Por qué República Dominicana necesita dinero?

República Dominicana forma parte de una isla ubicada en el Caribe y por eso es un territorio propenso a sufrir el impacto de eventos climáticos extremos, como sequías, huracanes, tormentas e inundaciones, llegando a ubicarse entre los diez países del mundo más afectados por estos fenómenos naturales.

Diversos estudios realizados por organismos locales e internacionales han demostrado que, tanto la frecuencia de los fenómenos como los daños y las pérdidas económicas que ocasionan, se mantienen en aumento.

“El número de eventos que impacta la República Dominicana ha crecido tendencialmente en los últimos 50 años”, señala una investigación del Banco Mundial.

Foto: Víctor Ramírez

El especialista en Cambio Climático del BID señala que el promedio de pérdidas económicas anuales en el territorio dominicano – debido a desastres naturales – se estima en alrededor de 420 millones de dólares, que representa el 0.69% del producto interno bruto (PIB). Y advierte que para 2030, si el país no implementa medidas ambiciosas, el costo económico del cambio climático podría ascender a un promedio anual de 4.8% del PIB.

Otro factor de riesgo para el país es que hace frontera con Haití, una nación con una degradación ambiental extrema. Se estima que el 98% de los bosques del territorio haitiano han sido talados para producir combustible, reseña el portal sobre cambio climático del Banco Mundial.

No solo es un reto para RD

Obtener financiamiento para ejecutar sus planes de acción climática no es un reto solo de República Dominicana, sino para todos los países en desarrollo. Por eso este es un tema crítico en todas las COP. En la COP26, celebrada el año pasado en Glasgow, Escocia, la secretaria ejecutiva de ONU Cambio Climático, Patricia Espinosa, dijo que es urgente definir e iniciar el proceso de financiación lo antes posible.

En la conferencia de Copenhague (2009) los países desarrollados se comprometieron (y no han cumplido) a movilizar 100,000 millones de dólares anuales para atender a las necesidades de los países en desarrollo, que son especialmente vulnerables al cambio climático y cuyas emisiones son mínimas como es el caso de República Dominicana, que representan menos del 0.1%.

Debido a esto es la insistencia para que los países más ricos, que son las responsables de la mayoría de las emisiones, ayuden a las naciones como República Dominicana a implementar sus planes de acción climática. En la COP26 se insistió en que urge definir mecanismos claros para la canalización de los recursos.

“Todas las Partes estuvieron de acuerdo en que es necesario prestar mucho más apoyo a los países en desarrollo. Reconocieron que no se puede ignorar a los más vulnerables, que se necesita mucha más financiación para la adaptación y que ésta debe ser predecible”, expresó Espinosa.

Camino a la COP27

Se espera que en la COP27, que se llevará a cabo en Sharm El-Sheikh, Egipto, del 6 al 18 de noviembre próximo, se logren avances significativos para que el financiamiento fluya apropiadamente. Este es el escenario oportuno para los países concretar acuerdos para la implementación de sus compromisos climáticos.                               

República Dominicana apostará, entre otros aspectos, para que fluyan nuevos mecanismos financieros para la acción climática y buscará alianzas con otras naciones y agencias internacionales para asegurar que los fondos disponibles sean mucho más accesibles para todos, con procesos de aplicación menos complejos, adelanta el vicepresidente ejecutivo del CNCCMDL.

El representante del BID, organismo que abarca toda América Latina y el Caribe, considera que, en términos generales, la región demostrará progresos en su ambición climática porque 18 países ya han actualizado sus NDC y seis ya han presentado a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático sus estrategias de largo plazo.

Sin embargo, aclara, la región presenta importantes retos. Dice que cumplir con los objetivos del Acuerdo de París es una tarea monumental porque supone redirigir entre el 7% y el 19% del PIB (hasta 1.3 billones de dólares) del gasto público y privado al año hacia soluciones dirigidas a la mitigación y adaptación al cambio climático.

Otros factores, agrega Lefevre, que complejizan el rumbo hacia la descarbonización y la resiliencia en la región son los impactos derivados de la pandemia, la altísima inflación, el poco espacio fiscal, inseguridad, pobreza, la inequidad e incertidumbre.

En cambio, el representante del gobierno dominicano, Puig, dice que la región presentará soluciones concretas y que República Dominicana llevará el mensaje de que “ya pasó el tiempo donde nos veíamos sólo como víctimas del fenómeno climático”.

“Vamos a la COP a participar de las negociaciones en busca de una justicia climática que asegure que las decisiones no se tomen solo entre los grandes jugadores del tablero, sino que incluya la perspectiva de las islas y demás países en vías de desarrollo”, afirma.

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